La participación de los stakeholders y la licencia social para operar es una piedra angular para el trabajo de BSR, una red global de negocios y consultoría sin fines de lucro dedicada a la sostenibilidad. Además, un reciente informe de esta organización analizó el futuro de la participación de los stakeholders con el aporte de ocho empresas que colaboraron en la iniciativa dedicada a este tema.
A menudo, establecer una relación con los stakeholders puede significar la diferencia entre un proyecto exitoso, con apoyo de la comunidad, y un proyecto con retrasos prolongados que amenazan (o impiden) su existencia. En el sector minero, involucrarse con los stakeholders es particularmente relevante por la proximidad y el impacto en las comunidades locales a través del uso de recursos como el agua, la energía y la tierra.
En el trabajo de BSR con las organizaciones extractivas, los ejecutivos a menudo señalan la importancia de la relación con los stakeholders en el desarrollo de procesos integrales de la gestión de riesgos sociales. La construcción de relaciones con los miembros de la comunidad puede mejorar la confianza y fomentar el apoyo local a un proyecto.
Mientras que los stakeholders específicos de cada compañía dependen de sus circunstancias operativas, las compañías mineras deben considerar los siguientes grupos al desarrollar una estrategia de compromiso. Dentro de estos grupos, es importante incluir a las mujeres, personas de la tercera edad y jóvenes para tener acceso a una variedad de perspectivas.
Las empresas extractivas deberían involucrarse para ser inclusivas y efectivas:
- Los empleados, contratistas y socios comerciales: los stakeholders internos y aquellos con una relación de negocios con la mina o compañía a menudo pasan desapercibidos, pero es importante considerarlos e interactuar con ellos de manera regular. A menudo, estos grupos son el principal punto de contacto con los miembros de la comunidad, y muchos de ellos viven allí. Cuando las empresas tienen una relación con los stakeholders positiva, no sólo mejoran las relaciones directas con ellos, sino que puede tener un impacto más amplio en la percepción que la comunidad tiene de la empresa.
- Las comunidades directamente afectadas por las operaciones mineras: para que las comunidades acepten un proyecto minero, deben percibir los beneficios potenciales del proyecto como mayores que los riesgos. Las compañías pueden apoyar la percepción positiva involucrando a los miembros de la comunidad, conociendo y abordando proactivamente sus preocupaciones, y creando una visión compartida del futuro a largo plazo de la comunidad. Por ejemplo, el trabajo de BSR en Chile con el equipo de relaciones comunitarias de Freeport-McMoran ayudó a la organización a pasar de un enfoque filantrópico a un enfoque participativo que satisfacía las necesidades de la empresa y de la comunidad.
- Las organizaciones de defensa, incluyendo grupos religiosos y ambientales: puede ser un desafío comprometerse efectivamente con grupos locales e internacionales que se oponen a un proyecto minero. Pero al relacionarse con estas organizaciones, las empresas pueden entender nuevas perspectivas y abordarán sus preocupaciones de manera proactiva, incluso si ninguna de las partes cambia su posición.
- Las organizaciones mineras pequeñas: antes de que las grandes organizaciones mineras llegarán a muchos lugares, estas áreas fueron utilizadas durante generaciones por mineros a pequeña escala o artesanales. Los mineros artesanales a menudo se ven desplazados, perdiendo el acceso a la tierra que les proporciona su sustento. La asociación AngloGold Ashanti con mineros artesanales en Ghana es un ejemplo de una nueva forma de abordar la colaboración con este grupo de stakeholders.
- La industria agroalimentaria y los agricultores: la industria minera puede competir con la agricultura en lo que se refiere al uso de la tierra, el acceso al agua y la disponibilidad de trabajadores. Las operaciones mineras pueden afectar los medios de subsistencia de la agricultura, así como el acceso a los alimentos y la seguridad alimentaria. Muchas empresas extractivas han encontrado formas de trabajar con la industria agrícola para abordar cuestiones como la escasez y la calidad del agua, como se detalla en un informe reciente del Consejo Internacional de Minería y Minerales y la Corporación Financiera Internacional.
- El gobierno: es un stakeholder importante para participar como regulador y beneficiario de regalías. En muchos casos, el gobierno es responsable de proporcionar servicios a la comunidad, y si está ausente, los stakeholders a menudo recurren a la empresa para que desempeñe ese papel. Si bien las compañías mineras no deben reemplazar a los gobiernos, es importante que las empresas comprendan las prioridades y los planes gubernamentales, identifiquen los intereses superpuestos y compartidos, determinen roles claros y responsabilidades en el mantenimiento continúo así como en el financiamiento de las inversiones comunitarias.
- La población indígena local: además de los derechos humanos individuales y universales, los pueblos indígenas tienen derechos especiales y colectivos sobre sus tierras y sus recursos. Dados estos derechos, así como los impactos únicos que los proyectos mineros pueden tener en esta población, las compañías deben tomar especial consideración en relación con la participación y consulta de la comunidad a través del consentimiento libre, previo e informado (CLPI). El desarrollo de un diálogo honesto y transparente, junto con la comprensión de las perspectivas, culturas y objetivos son pasos importantes para un compromiso significativo que puede conducir a resultados positivos, incluyendo acuerdos que ayuden a las comunidades a manejar los impactos y disfrutar de los beneficios asociados con una mina.
Al involucrarse de manera efectiva con estos grupos de stakeholders, las organizaciones pueden incrementar su nivel de comprensión sobre los probables impactos de sus actividades, con la finalidad de maximizar los beneficios de la inversión y minimizar las consecuencias.
Texto adaptado de: bsr.org
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