¿Cómo los mineros pueden lograr una verdadera transformación digital del negocio aprovechando la tecnología?
¿Es el manejo de la ola digital la clave para obtener una ventaja competitiva? Puede que no sea el único factor, pero sin duda es un gran facilitador de la mejora de los márgenes de ganancia y de la competitividad en la actualidad.
La oportunidad para las empresas mineras y metalúrgicas es significativa, pero muchos ejecutivos reconocen que la transformación digital es el principal riesgo al que se enfrenta el sector en la actualidad.
La razón se debe, en gran parte, a la historia de los retos de productividad que se iniciaron en el año 2000. Las empresas optaron por perseguir el crecimiento y los ingresos a cualquier costo durante el auge de los precios de los productos básicos. Surgió una brecha de integración, entre la mina y la planta de producción, el mantenimiento y la cadena de suministro, que causó pérdidas de productividad estimadas en un 20%.
En los últimos años, los mineros han vuelto a prestar atención a la productividad y han comenzado a adoptar la tecnología digital. Por supuesto, las soluciones digitales se remontan al pasado, desde la simulación del modelado hasta el monitoreo remoto de minas, pero por lo general han sido iniciativas únicas en comparación con el enfoque holístico. Y, como resultado, no se ha hecho mucho para mejorar los márgenes.
Ahora hay que hacer hincapié en una estrategia digital claramente definida que contribuya a la transformación de la empresa. Las personas que trabajan en la industria están comprometidas con un enfoque plurianual de “ola digital” y recuperarán el terreno perdido durante el superciclo, así evitarán caer en la trampa de la desconexión digital.
Este modelo tiene cuatro componentes distintos:
Preparación para la transformación digital
Aquí es donde la visión digital comienza a tomar forma. Esto implica comprender dónde se ubica la organización en el continuo de la madurez digital y establecer un vínculo claro entre la productividad y la agenda digital.
Se requiere una inversión mínima en infraestructura, comunicaciones y datos antes de poder pasar a la siguiente etapa.
Ola 1
Las actividades de la Ola 1 comienzan el proceso de transformación digital. En esta etapa, las organizaciones deben buscar agregar valor al negocio a través de la optimización o automatización local, lo que no necesariamente requiere cambios en el modelo operativo existente.
Dicho esto, el trabajo debe estar vinculado a la productividad general y a la agenda de mejora del rendimiento. Ejemplos de actividades de la primera etapa pueden incluir: el desarrollo de una estrategia de análisis predictivo para comprender mejor las posibles fallas de los componentes, la puesta en marcha de los sistemas de gestión de flotas existentes y la digitalización completa de las tácticas de mantenimiento.
Ola 2
Esta etapa implica cambios significativos en el modelo operativo de una empresa o en el cambio de procesos a través de las fronteras de la organización.
Estas actividades abarcan toda la cadena de valor para gestionar mejor el margen a través de las interacciones con clientes y proveedores. Por ejemplo, la automatización de la operación de la cadena de suministro y la planificación minera en tiempo real con un enfoque en la fijación de precios y el buen estado de los equipos.
El uso de análisis predictivos para medir mejor los cambios en la demanda de los clientes es otra forma de aprovechar la tecnología en esta etapa del proceso.
Ola 3
Es entonces cuando las perturbaciones dan lugar a un nivel significativo de cambio en la forma en que funciona el sector, y requieren un cambio radical en la estrategia empresarial para estar preparados para el futuro.
Considere cómo las tecnologías emergentes han impulsado la convergencia y han permitido la entrada de nuevos competidores en áreas como el comercio minorista, la hostelería y el transporte.
En la minería, podríamos ver emerger este nivel de cambio en las empresas de servicios cada vez más dominantes en la cadena de valor y la introducción de la inteligencia artificial para tomar decisiones autónomas. Estos cambios no siempre son fáciles de ver venir y, por lo tanto, requieren que las empresas evolucionen en formas que no se puede predecir ahora.
El riesgo y el retorno
El movimiento entre cada una de estas olas no es estático, y ejecutivos mineros tendrán que ser ágiles y adaptarse para seguir siendo competitivos. Tampoco es necesariamente un proceso secuencial. Las organizaciones deben examinar en qué nivel de madurez digital están y ajustar sus estrategias.
En su esencia, la estrategia debe estar guiada por una visión clara, a largo plazo y debe incorporar fases y metas clave.
Toma mucho tiempo y esfuerzo ganar el liderazgo en el mercado, pero se pierde rápidamente. La adopción de un enfoque progresivo puede ayudar a las empresas a equilibrar el riesgo y el rendimiento, capitalizar el potencial de innovación y ayudar a avanzar hacia una verdadera transformación digital.
Texto adaptado de: canadianminingjournal.com
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