En una respuesta tardía a la caída de los niveles de agua dulce en las zonas desérticas, Chile avanza para proteger un recurso natural que se ha agotado después de décadas de actividad minera: El agua.
Con el aumento de las quejas de las comunidades locales y el agravamiento de los efectos del cambio climático, el mayor productor de cobre en el mundo, planea implementar medidas que harán que sea más difícil el bombeo de agua dulce para los mineros.
La autoridad de aguas en Chile, DGA, duplicará este año el número de áreas de prohibición en todo el país y espera que pasen de ser 30 a convertirse en 70, esto según el director general Oscar Cristi. No se pueden otorgar nuevas licencias dentro de las zonas de prohibición y cualquier extensión a los permisos existentes deberá ser aprobada por las autoridades ambientales.
«Hay áreas mineras que caerán dentro de nuevas áreas de prohibición», dijo Cristi, declinando a identificar las áreas para evitar posibles especulaciones sobre los derechos del agua. «En algunos lugares, a las compañías mineras, se les permite bombear más de lo que fluye a la cuenca, y eso amenaza la sostenibilidad de los sistemas de agua».
Al norte del Chile, en el lugar más seco de la tierra, el desierto de Atacama alberga algunas de las minas de cobre y litio más grandes del planeta. No se trata solo de la región que es ocasionalmente la más afectada por fuertes lluvias e inundaciones, sino que la zona se ha vuelto más seca en las últimas décadas, informa la DGA. Al mismo tiempo, se espera que la demanda de agua de las empresas mineras, aumente a medida que disminuyan las leyes de los minerales, lo que obliga a procesar más material para mantener los niveles de producción.
En respuesta a todo esto, las mineras están construyendo grandes plantas de desalinización y se espera que hacia el 2029 el uso de agua de mar se triplique, según el último pronóstico de la Comisión de cobre de Chile (Cochilco). Además, se espera que el uso de agua subterránea en las minas gigantes del país aumente en un 12% hasta el 2029.
El plan de la DGA para impulsar las áreas de protección del agua, es parte de una revisión más amplia en Chile que incluye la realización de estudios independientes para determinar los niveles de agua en 10 cuencas diferentes. En este momento, la agencia depende de la información contenida en los informes de la compañía al otorgar derechos de agua.
«Un caso complejo»
Todo esto ha demostrado ser un desafío en Atacama. Las minas de cobre más grandes del mundo, Escondida de BHP Group y Zaldívar de Antofagasta Plc, están solicitando extensiones de permiso para bombear agua desde el sur de Atacama.
Mientras tanto, mucho más al norte, las principales mineras de litio, Albemarle Corp. y Soc. Química y Minera de Chile SA, también bombean agua dulce y lodo rico en litio subterráneo desde la llanura salada.
«Este es el caso más complejo que tenemos en este momento. Es importante que Escondida y Zaldívar ajusten sus niveles de extracción actuales si quieren continuar operando porque la disponibilidad de agua en la cuenca no respalda la tasa de extracción actual», dijo Cristi.
Asimismo, la mina Escondida de BHP, que está autorizada para bombear 1.400 litros por segundo, se compromete a reducir la tasa a 640 litros por segundo desde el 2020 hasta el 2030, según los documentos de la compañía.
Por su parte, BHP quiere dejar de usar completamente el agua dulce en Chile para el 2030 y el año pasado inauguró una planta de desalinización de $ 3.4 mil millones que bombea agua de mar a 3.000 metros sobre el nivel del mar hasta la mina Escondida. Sin embargo, BHP se negó a comentar sobre el estado de su solicitud para extender sus permisos de agua.
Sin plan de respaldo
El caso de Zaldívar es diferente porque no tiene un plan de respaldo. La mina tendrá que cerrar si su licencia de agua no se renueva, dijo la compañía en una respuesta por correo electrónico a las preguntas. La mina está en los últimos años de su vida útil y probablemente dejará de producir en el 2029. La licencia actual le permite a la compañía bombear 500 litros por segundo hasta el 2025 y Antofagasta está solicitando una licencia para bombear 213 litros por segundo hasta el 2029.
Los niveles de agua en las salinas de Atacama ahora son más bajos que antes, desde que las operaciones mineras comenzaran hace décadas, dijo Cristi. Es más, de acuerdo a los cálculos de la DGA, si las empresas reducen su consumo de agua, las cuencas podrían recuperarse a niveles pre-mineros en el 2040.
Las comunidades locales no están de acuerdo y le piden al gobierno que rechace las solicitudes de las compañías para seguir bombeando agua.
El servicio ambiental chileno (SEA), ha detenido el proceso de evaluación para Escondida y Zaldívar a medida que estudia los informes de las empresas y las comunidades locales. Al final del proceso, un comité técnico que incluye a la DGA, votará sobre si aprobar o rechazar las extensiones de la licencia.
«Cada compañía tiene un modelo hidrogeológico diferente y todos están diseñados para culpar básicamente a la mina vecina si bajan los niveles de agua», dijo Felipe Lerzundi, un abogado que representa a la comunidad de Coyo en el proceso. “Los humedales se han secado, el medio ambiente ha sido dañado. Para las salinas y para las comunidades locales ya es demasiado tarde», concluyó.
En situaciones como esta, resulta cada vez más importante elaborar planes de responsabilidad social, planes de relaciones comunitarias y promover el desarrollo local a fin de prevenir crisis para garantizar la operatividad de los proyectos a largo plazo.
FUENTE: http://bit.ly/2EWAkj2
Texto original: Bloomberg
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