La Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH) ha sido definida por el Comité Técnico de la Asociación Mundial del Agua (GWP) como «un proceso que promueve el desarrollo y la gestión coordinados del agua, la tierra y los recursos relacionados, con el fin de maximizar los resultados económicos y sociales de bienestar de manera equitativa sin comprometer la sostenibilidad de ecosistemas vitales».
La GIRH se basa en tres principios: equidad social, eficiencia económica y sostenibilidad ambiental. Tener en cuenta estos principios significa responder a las siguientes preguntas:
– ¿Cómo afectará mi decisión/acción el acceso de otros usuarios al agua o los beneficios de su uso?
– ¿Mi decisión/acción dará como resultado el «uso más eficiente de los recursos financieros e hídricos disponibles?»
– ¿Cómo afectará mi decisión/acción al funcionamiento de los sistemas naturales?
La equidad social significa asegurar el acceso equitativo para todos los usuarios (particularmente los grupos de usuarios marginados y más pobres) a una cantidad y calidad adecuadas de agua necesarias para mantener el bienestar humano. El derecho de todos los usuarios a los beneficios derivados del uso del agua también debe tenerse en cuenta al realizar las asignaciones de agua. Los beneficios pueden incluir el disfrute de los recursos a través del uso recreativo o los beneficios financieros generados por el uso del agua con fines económicos.
Eficiencia económica significa brindar el mayor beneficio al mayor número de usuarios posible con los recursos financieros e hídricos disponibles. Esto requiere que se seleccione la opción más económicamente eficiente. El valor económico no se trata solo del precio, sino que debe considerar los costos y beneficios sociales y ambientales actuales y futuros.
La sustentabilidad ecológica requiere que los ecosistemas acuáticos sean reconocidos como usuarios y que se haga la asignación adecuada para mantener su funcionamiento natural. El logro de este criterio también requiere que se eviten o limiten los usos y desarrollos de los terrenos que impactan negativamente sobre estos sistemas.
Desde el punto de vista operativo, los enfoques de la GIRH implican la aplicación de conocimientos de diversas disciplinas, así como los conocimientos de diversas partes interesadas para diseñar e implementar soluciones eficientes, equitativas y sostenibles a los problemas del agua y el desarrollo. Como tal, la GIRH es una herramienta integral y participativa de planificación e implementación para gestionar y desarrollar los recursos hídricos de una manera que equilibre las necesidades sociales y económicas, y que garantice la protección de los ecosistemas para las generaciones futuras. Los múltiples usos del agua —para la agricultura, para ecosistemas saludables, para las personas y los medios de vida— exigen una acción coordinada. Un enfoque de GIRH es un proceso abierto y flexible que reúne a los tomadores de decisiones de los diversos sectores que impactan los recursos hídricos y trae a todas las partes interesadas a la mesa para establecer políticas y tomar decisiones sólidas y equilibradas en respuesta a los desafíos específicos del agua que enfrentan.
Se ha acordado considerar el agua como un ‘bien finito y económico teniendo en cuenta criterios de asequibilidad y equidad’, para enfatizar su escasez en la Declaración de Dublín:
- El agua dulce es un recurso finito y vulnerable, esencial para sustentar la vida, el desarrollo y el medio ambiente.
- El desarrollo y la gestión del agua deben basarse en un enfoque participativo, que involucre a los usuarios, planificadores y formuladores de políticas en todos los niveles.
- Las mujeres desempeñan un papel fundamental en el suministro, la gestión y la protección del agua.
- El agua tiene un valor económico en todos sus usos competitivos y debe reconocerse como un bien económico, teniendo en cuenta criterios de asequibilidad y equidad.
Implementación
La GIRH tiene como objetivo crear seguridad hídrica sostenible dentro de las limitaciones actuales y mejorar las condiciones en la cuenca de captación. A continuación se presentan algunas condiciones importantes para la implementación de la GIRH (Fuente: Informe 3 de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo).
Voluntad y compromiso político: la voluntad política en todos los niveles puede ayudar a unir a todos los interesados y hacer avanzar el proceso. Es especialmente necesario si el plan o arreglo resultante crea o requiere cambios en las estructuras legales e institucionales, o si existen controversias y conflictos entre las partes interesadas. El acceso a actores fuera del sector hídrico, es esencial para impulsar la voluntad política, obtener apoyo sectorial y aliviar la presión pública para la implementación de la GIRH.
Plan de gestión de la cuenca y visión clara: el desarrollo de los recursos hídricos coordinado entre varios sectores y usuarios se ve facilitado por la preparación de un plan maestro que refleje los planes sectoriales individuales y ofrezca la utilización más eficaz y eficiente del recurso.
Mecanismos de participación y coordinación que fomentan el intercambio y el intercambio de información: la identificación de las partes interesadas clave puede facilitarse a través de entrevistas y reuniones. La participación de las partes interesadas puede definirse de manera apropiada para las condiciones locales y mejorarse gradualmente. El intercambio inicial de datos e información generales de toda la cuenca, y el intercambio posterior de información más específica, ayudarán al sistema autosostenible.
Desarrollo de capacidades: Las prioridades de desarrollo de capacidades y capacitación deben expresarse en todos los niveles, incluido el del gobierno local descentralizado. Los participantes que puedan verse afectados negativamente y/o marginados socialmente pueden ser estimulados a participar dentro de una estrategia de creación de consenso.
Regulaciones y marcos legales bien definidos, flexibles y ejecutables: es necesario reunir y revisar la gama completa de leyes y regulaciones existentes que aplicar a las actividades relacionadas con el agua y determinar cómo la legislación existente se adapta o puede adaptarse mejor para dar cabida a la sostenibilidad y la integración con respecto a la gestión de los recursos hídricos.
Planes de asignación de agua: dado que el agua es un recurso compartido, los derechos de agua deben ser flexibles en términos de asignación para adaptarse a los cambios. La preparación de un plan maestro que refleje los planes sectoriales individuales facilita la coordinación entre varios sectores y aboga por la utilización más adecuada de los recursos de una cuenca.
Inversión adecuada, estabilidad financiera y recuperación de costos sostenible: la coordinación para la implementación de la GIRH necesita sostenibilidad financiera, como la promoción de la recuperación de costos, y debe considerar la gestión a largo plazo. Varias combinaciones y roles de financiamiento internacional y donantes, tales como subvenciones gubernamentales, recursos públicos, tarifas e impuestos a los usuarios, fondos de donantes, fondos fiduciarios ambientales de la cuenca pueden considerarse opciones de financiamiento.
Buen conocimiento de los recursos naturales presentes en la cuenca: es deseable contar con conocimiento e información adecuados sobre el inventario de recursos hídricos y recursos humanos de la cuenca. Incluir a los científicos como administradores de los recursos hídricos puede ayudar a mantener y acumular un conocimiento sólido de los recursos naturales.
Monitoreo y evaluación integrales: el monitoreo y la evaluación son esenciales para asegurar que la gestión actual de los recursos hídricos se implemente correctamente y para identificar las necesidades de ajuste de las estrategias de gestión. La actualización de las nuevas tecnologías es vital para el desempeño eficaz de la gestión del agua tanto a nivel local como central.
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Este artículo ha sido publicado por IWA Publishing. Ha sido traducido al español y publicado por Gerens en junio de 2021.