Desde la llegada de ChatGPT, las empresas más grandes del mundo se han peleado entre sí para promocionar su adopción de herramientas de inteligencia artificial de vanguardia. Sin embargo, un número cada vez mayor de sus empleados se sienten frustrados por el “analfabetismo digital” de sus jefes, lo que les impide alcanzar las ganancias de productividad prometidas por el uso de la IA.
Una encuesta de la desarrolladora de plataformas colaborativas Tech.io en el año 2023 encontró que dos tercios de los líderes empresariales no habían adoptado la nueva tecnología de IA generativa en sus lugares de trabajo debido no tomaron conciencia sobre su utilidad. Más recientemente, los trabajadores dicen que esta reticencia está frenando la productividad de la empresa.
Según otra encuesta realizada en el 2024 por el grupo reclutador de profesionales STEM, SThree, los empleados dicen que están perdiendo muchas horas a la semana en tareas manuales que podrían automatizarse fácilmente con las herramientas adecuadas y los controles existentes. Alrededor del 63% de los empleados sentían que sus jefes no estaban adoptando herramientas de IA principalmente porque eran “analfabetos digitales”.
Un trabajador de la construcción holandés le dijo a SThree que “[la falta de acceso a las últimas herramientas de inteligencia artificial] ha provocado una caída notable en mi motivación para afrontar nuevos desafíos en el trabajo”.
Mientras tanto, un ingeniero japonés le dijo al grupo: “Tengo que dedicar una cantidad significativa de tiempo a tareas repetitivas que podrían automatizarse”.
El auge de la inteligencia artificial en Europa
Europa está a la zaga de Estados Unidos en términos de grandes empresas tecnológicas, y los mayores ganadores del auge de la inteligencia artificial provienen de Estados Unidos, en la forma de Nvidia, Google y Meta, por nombrar algunos.
Sin embargo, hay indicios de que las empresas más grandes de la región, en su mayoría de origen industrial, están tomando medidas para adoptar la IA en sus procesos. Fabricantes de automóviles como Volkswagen han adoptado chatbots para los sistemas de entretenimiento en el automóvil y están estudiando el caso de la IA para mejorar la seguridad y la automatización. Mientras tanto, el gigante del petróleo y el gas Shell ha utilizado IA para ayudar con todo, desde la optimización de las operaciones de perforación hasta el mantenimiento predictivo.
“La pregunta para las empresas europeas es cómo pueden aprovechar la IA de forma más agresiva, independientemente de su origen. Hay mucho potencial para que aprovechen los miles de millones de dólares que se están invirtiendo a nivel mundial”, dijo anteriormente a Fortune Mark Read, director ejecutivo del gigante publicitario inglés WPP, la más grande del mundo en su rubro.
Sin embargo, el análisis de SThree sugiere que los empleados en sectores no tecnológicos no están obteniendo el acceso que necesitan a la última tecnología automatizada. Hay evidencia de que los trabajadores están empezando a utilizar la tecnología en secreto. Un informe reciente de Salesforce descubrió que uno de cada cinco trabajadores es un usuario de IA “clandestino” que oculta su actividad a sus colegas y jefes debido a la incertidumbre sobre las reglas y expectativas sobre el uso de la tecnología en el lugar de trabajo.
La investigación proporciona un contrapeso a la retórica de que los empleados temen que las nuevas herramientas de IA los reemplacen y no quieren que sus empleadores adopten la tecnología.
Los trabajadores de atención al cliente en particular temen que la IA los reemplace, dados los grupos tecnológicos como Klarna, una empresa fintech sueca que ofrece servicios financieros en línea, que ha declarado que espera reducir su fuerza laboral en 1.800 personas con la ayuda de la IA.
«Por supuesto, las preocupaciones sobre la seguridad laboral en torno a los avances tecnológicos son reales, y los líderes no deberían ignorarlas», afirmó Timo Lehne, director ejecutivo de SThree. “Pero nuestros hallazgos implican que los líderes son demasiado indecisos y necesitan adoptar la IA de la misma manera que sus equipos ya lo han hecho. Si no lo hacen, se convertirán en un obstáculo para el crecimiento futuro de su organización y una fuente de creciente frustración entre los empleados”.
Este artículo fue escrito por Ryan Hogg y publicado originalmente en Fortune. Ha sido traducido y publicado por GĚRENS en noviembre de 2024.
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