Es extremadamente impactante la velocidad en que ha avanzado la Inteligencia Artificial Generativa, este mes de noviembre se cumple recién un año desde el lanzamiento del ChatGPT. A pesar de las alertas sobre los errores que comete, creo que la mayoría ya ha experimentado el uso del ChatGPT, la herramienta más conocida de IAG, tanto para temas triviales, domésticos como para aprender temas que nos eran ajenos o difíciles de entender o para recibir propuestas instantáneas de cómo abordar un problema en la empresa.
En el último número de Fortune, se discute sobre la IAG en la empresa, enfatizando que los fundamentos de la gestión del negocio siguen siendo los mismos: crear valor para los accionistas actuando con responsabilidad con la sociedad y el ambiente. Lo que trae la IAG son oportunidades increíbles de mejorar la productividad y necesitamos estar preparados para ello. En especial los ejecutivos que tendrán que liderar este profundo cambio que se avecina en los modelos de negocio de todos los sectores.
La gran velocidad de aprendizaje que se ve reflejada en respuestas instantáneas a los problemas que le podemos plantear en cualquier ámbito del conocimiento. La gran preocupación en muchos sectores es que en pocos años llegará a igualar y superar el desempeño de las personas que realizan todo tipo de funciones en la empresa. Según McKinsey, los mayores impactos parecen ser en la enseñanza-aprendizaje, en la producción de contenidos para la atención al cliente, y en la producción de códigos para la programación.
Pensando en la enseñanza-aprendizaje que es mi actividad principal, creo que en esta etapa de aprendizaje y experimentación de las herramientas como el ChatGPT podemos tomarla como una oportunidad. En un mundo donde nadie tiene mucho tiempo disponible porque quiere hacer muchas cosas a la vez, esta herramienta nos ayuda a acelerar la ejecución de tareas sencillas como recoger información sobre un problema y así poderle dedicar el tiempo a las tareas más complejas que requieran de nuestra atención.
Como ejemplo, le pedí a ChatGPT que me diera una propuesta sobre este primer año de la inteligencia artificial generativa escrita como lo que soy una profesora de escuela de negocios y esto me respondió:
En el transformador año inaugural de la IA generativa, hemos sido testigos de una convergencia innovadora de innovación y potencial ilimitado. Esta tecnología de cambio de paradigma, impulsada por las capacidades incomparables de modelos como GPT-3.5, se ha convertido rápidamente en un eje para remodelar industrias y alterar las normas tradicionales. Su capacidad para generar texto similar a un humano, comprender el contexto y adaptarse a diversas tareas con una supervisión mínima lo ha convertido en una piedra angular de futuros avances tecnológicos.
En el ámbito de la educación empresarial, la IA generativa no es simplemente una palabra de moda, sino un catalizador para un cambio profundo. Como profesora de una escuela de negocios, estoy cautivado por las posibilidades que presenta para cultivar el pensamiento analítico y creativo en nuestros estudiantes. Las aplicaciones son ilimitadas: desde la automatización de tareas rutinarias hasta la simulación de escenarios empresariales complejos, fomentando un entorno favorable para la resolución innovadora de problemas.
Mientras nos encontramos al borde de este viaje transformador, es imperativo que las partes interesadas reconozcan el cambio radical que se está produciendo. La IA generativa no es sólo una herramienta; es un presagio de una nueva era, preparada para redefinir la forma en que operamos, nos comunicamos y elaboramos estrategias en el panorama empresarial. Adoptar esta evolución tecnológica nos permitirá desbloquear eficiencias, conocimientos y oportunidades sin precedentes. El primer año del ChatGPT es un prólogo de una narrativa en la que la adaptabilidad y la visión de futuro serán las piedras angulares del éxito en un panorama empresarial que evoluciona dinámicamente.
¿Qué tal, qué les pareció la propuesta? ¿Bastante buena, no?
A veces nos será muy difícil distinguir si un determinado texto lo redactó un alumno o el ChatGPT, pero, no nos quedemos en la anécdota, trabajemos creativamente para emplearlo a favor de un aprendizaje más dinámico, que realmente surta efecto en el estudiante.
Los maestros tenemos un gran desafío de convertir lo que parece una amenaza en una gran oportunidad.
Ana Rosa Adaniya
Directora de GERENS
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