Minería y Energía

Mejor salud en las minas y en las comunidades mineras: Una responsabilidad compartida en África

La minería puede ser un poderoso motor para el crecimiento socioeconómico, pues proporciona ingresos claves para la construcción de infraestructura en varios sectores críticos, en beneficio de un próspero desarrollo humano. En esta publicación, te contamos acerca de la responsabilidad que se viene realizando en las comunidades mineras en África.

 

En África, particularmente, el sector minero tiene un gran potencial para sacar a los habitantes de la pobreza, así como distribuir la riqueza de las élites a los ciudadanos; y del gobierno central a las comunidades afectadas por las operaciones mineras. Un área donde los ingresos mineros pueden tener impactos de desarrollo, particularmente transformadores es en la salud.

 

Aunque no es tan obvio, las operaciones mineras sí están vinculadas con la salud. No solo se trata de la salud de sus trabajadores, si no que pueden generar fenómenos sociales como asentamientos superpoblados, comportamientos riesgosos (alcohol, drogas, violencia sexual), migración que pueden llevar a la propagación de enfermedades.

 

A pesar de los enormes avances en la prestación de servicios de salud, muchas naciones africanas aún luchan con el manejo de las infecciones de tuberculosis y la reducción de las tasas de mortalidad relacionadas con la malaria. Sigue siendo necesario un plan de gestión de la salud que opere de manera holística y con mayor profundidad en estos sectores sociales.

 

En la reunión anual de Mining Indaba en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, el Grupo del Banco Mundial organizó un panel de líderes de la industria y el gobierno. Se llegó a 5 conclusiones sobre el papel de la industria minera en el tratamiento de la propagación de enfermedades tanto dentro de su fuerza laboral como dentro de las comunidades donde operan.

 

 

  1. La aplicación de las normas de salud y seguridad en el trabajo siguen siendo un desafío.

 

Las compañías mineras tienen un papel claro en minimizar la propagación de enfermedades dentro de su fuerza laboral, adhiriéndose a los estándares de salud y seguridad ocupacional, mejorando las condiciones de vida, proporcionando servicios de salud adecuados e invirtiendo en medidas preventivas.

 

Las responsabilidades de las empresas mineras, en este aspecto y a menudo, están consagradas en las leyes; sin embargo, sigue existiendo un desafío crítico en el monitoreo del cumplimiento de las reglamentaciones nacionales y la aplicación de este.

 

En Sudáfrica, a pesar de un fuerte régimen regulatorio y un amplio consenso para promover mejores prácticas de salud y seguridad en la industria minera, las enfermedades pulmonares ocupacionales, como la silicosis, persisten. Así, es atribuible el 33% de muertes por tuberculosis al sector minero.

 

Es importante que las compañías mineras «eviten atajos» y, en cambio, se adhieran a mejores prácticas internacionales en materia de salud y seguridad ocupacional, quizás lo más importante en África, donde muchos países carecen de la capacidad para monitorear efectivamente el cumplimiento. De hecho, un plan de relaciones comunitarias es clave para las operaciones de las mineras en la región.

 

  1. Proteger la salud de las comunidades locales es una responsabilidad compartida

 

Las compañías mineras tienen la clara responsabilidad de prevenir la propagación de enfermedades dentro de su fuerza laboral, pero definir un papel similar frente a las comunidades locales es menos sencillo.

 

Desde el punto de vista corporativo, invertir en comunidades, es fundamental para mantener una asociación a largo plazo con el gobierno anfitrión y la comunidad local, así como para mantener una licencia social para operar. Por esta razón, las empresas mineras trabajan con las autoridades sanitarias locales para diseñar y ofrecer programas preventivos y de tratamiento para enfermedades como la malaria, el VIH / SIDA y la tuberculosis. No solo es parte del plan de responsabilidad social empresarial, sino de gestión de stakeholders desde un punto de vista estratégico.

 

Sin embargo, estos esfuerzos suelen formar parte de un programa más amplio de responsabilidad social corporativa y no suelen integrarse en esfuerzos más amplios de fortalecimiento de los sistemas de salud a nivel nacional y local. Es crítico para las compañías mineras y las autoridades de salud definir conjuntamente las prioridades, alinear las intervenciones y capitalizar las respectivas ventajas comparativas.

 

Dado que las empresas pagan impuestos a los gobiernos ¿no deberíamos esperar que estos recursos también respalden los esfuerzos de desarrollo de la comunidad, incluidas las inversiones críticas en salud? La salud pública no puede ser vista como responsabilidad de las compañías mineras. Más bien, quizás sea más importante discutir, a nivel nacional, cómo se utilizan los impuestos para apoyar el desarrollo de la comunidad, así como qué incentivos son necesarios para alentar a las compañías mineras a mirar «más allá de sus imperativos comerciales inmediatos».

 

  1. Las crisis como el ébola, pueden brindar oportunidades de colaboración

 

La crisis del ébola ha dejado en claro la importancia de invertir en salud, más allá de las propiedades donde se asienta la operación minera. El brote afectó desproporcionadamente a Guinea, Liberia y Sierra Leona, todos países ricos en minerales y en situaciones posteriores a conflictos con sistemas de salud débiles.

 

Las compañías mineras han desempeñado un papel fundamental en la mitigación de la propagación de enfermedades, a través de la gestión de comunicación, que incluía fuertes campañas de información a nivel comunitario, pruebas proactivas y de detección a mineros, así como restricciones estrictas a los movimientos, aprovechando los sistemas logísticos para apoyar los esfuerzos de ayuda y proporcionando donaciones para apoyar los esfuerzos humanitarios. Como resultado de la implementación de este plan de relaciones comunitarias, compañías como Sierra Rutile y Rio Tinto, que han estado a la vanguardia de la respuesta al ébola dirigida por la minería, han informado que hasta el momento no hay infecciones en el sitio.

 

Sin embargo, lo que se ha hecho evidente a través de la crisis, es la inmensa oportunidad de colaboración entre los sectores de salud y minería, en contextos donde hay intereses compartidos. En el caso del ébola, la crisis y el temor al colapso de las operaciones mineras, proporcionaron un terreno común para la colaboración.

 

  1. Las asociaciones y el compromiso de las partes interesadas son necesarios para mantener el progreso

 

Iniciativas de salud colaborativas como Stop tuberculosis Partnership, han demostrado tener éxito en el mantenimiento de asociaciones entre empresas mineras, gobiernos y la sociedad civil.

 

Una asociación similar centrada en el tema, con objetivos claramente definidos, podría ayudar a acelerar los avances para garantizar el cumplimiento en las operaciones mineras de los estándares de salud y seguridad, así también podría ayudar a crear un entorno propicio para el logro de los objetivos de tratamiento 90-90-90 para la tuberculosis.

 

Según el ministro de salud de Sudáfrica, este objetivo 90-90-90, modelado a partir del objetivo de tratamiento 90-90-90 para el VIH / SIDA, trataría de garantizar que el 90% de los trabajadores mineros y extrabajadores mineros conozcan su estado de tuberculosis, que el 90% de los que dan positivo reciben tratamiento y que el 90% de los que reciben tratamiento están libres de tuberculosis.

 

Aunque existe un gran potencial para establecer alianzas más sólidas entre la industria minera, el gobierno, los sindicatos y las comunidades, la falta de compromiso político sigue siendo un desafío, al igual que el largo período de latencia de enfermedades como la tuberculosis, lo que conduce a una disminución del sentido de urgencia. Por esta razón, los socios deben trabajar juntos para mantener estos temas a la vanguardia del debate sociopolítico.

 

  1. El fortalecimiento de los sistemas de salud es fundamental para los resultados transformadores

 

El ministro de salud pidió a las compañías mineras que unan fuerzas con los ministerios de salud para enfrentar el desafío fundamental del fortalecimiento de los sistemas de salud en África. Señaló que hasta que los sistemas de salud puedan resistir epidemias como el ébola y puedan prevenir, tratar y controlar efectivamente, la propagación de enfermedades y las operaciones mineras siempre estarán en riesgo.

 

No es suficiente que las empresas protejan a sus trabajadores y realicen una evaluación de riesgos en el trabajo. La forma en que la tuberculosis se propaga, demuestra que existe una conectividad considerable entre los trabajadores mineros, las comunidades donde viven y operan y las comunidades de donde provienen. Se necesita un enfoque más sistemático para abordar la propagación de enfermedades. Para fortalecer el sistema de salud en África, se propone el establecimiento de un Centro Regional para el Control de Enfermedades, que será cofinanciado tanto por las compañías mineras como beneficiarios.

 

En resumen, a pesar de los intereses competitivos del gobierno y las compañías mineras, hay un gran valor en un enfoque colaborativo para abordar la propagación de la enfermedad, que va perfectamente alineado con el plan de relaciones comunitarias. Las asociaciones en diversas formas podrían ayudar a aprovechar la infraestructura y los recursos técnicos y financieros de la industria minera y, en última instancia, generar trabajadores más saludables y productivos.

La clave es actuar de acuerdo con las mejores prácticas internacionales, mejorar la salud minera y la seguridad de los empleados, brindar apoyo a comunidades afectadas por la minería, fortalecer los sistemas de salud comunitarios para promover la prevención, el manejo de enfermedades y mejorar la coordinación entre el gobierno y la industria para garantizar que los países alcancen los objetivos de desarrollo a largo plazo.

 

Autor: Patrick Osewe. Texto adaptado y traducido de World Bank Blogs 2015. Traducido por GĚRENS, Octubre 2019.

 

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