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Megatendencias de la industria de minería y metales

El artículo Mining and Metals: Trends, Challenge and the Way Forward fue publicado originalmente  por el World Economic Forum en diciembre del 2023. La sección 1.1 de este artículo sobre Megatendencias en la industria, fue escrita por Tom Palmer, Presidente y Gerente General de Newmont, ha sido traducido y publicado por GĚRENS en junio de 2024.

  1. Megatendencias de la industria

La industria de la minería y los metales comenzó 2023 en un panorama prometedor de mayor demanda e inversión. La transición energética puso de relieve el papel protagonista que debe desempeñar la industria. Se ha hecho evidente que la demanda de recursos superará ampliamente la oferta y la tecnología actual debe evolucionar rápidamente. Quienes trabajan en la industria de los recursos comprenden la necesidad, el valor y el papel de la minería y los metales en el estilo de vida moderno. Aun así, es fundamental comprender hasta qué punto la sociedad desconoce su dependencia profundamente arraigada de los minerales y metales que produce esta industria. 

Durante 2023, la industria experimentó megatendencias globales: demandas sociales y de inversores cada vez mayores, aceleración exponencial del cambio tecnológico y turbulencia geopolítica. La intensidad y velocidad de estas megatendencias son tan disruptivas que, si las empresas no son ágiles para adaptarse, perderán el control de sus negocios. Cada una podría afectar a nuestras fuerzas laborales al crear confusión, incertidumbre y ansiedad. En conjunto, su convergencia en una posible metacrisis podría romper losvínculos sociales críticos entre individuos, comunidades y naciones. 

Transformaciones sociales 

La sociedad y los inversores exigen una mayor rendición de cuentas, un reparto de valores y una toma de decisiones basada en valores. Las consecuencias pospandémicas de las intervenciones fiscales gubernamentales, que tenían como objetivo evitar un colapso económico total, han disparado los déficits y la deuda nacionales. Por eso, han dejado a la clase trabajadora ansiosa por las condiciones macroeconómicas dislocadas (como el aumento de la inflación y de las tasas de interés). Se ha pedido a la industria que contribuya más a través de impuestos, regalías, desarrollo económico e inversiones sociales, al tiempo que suministra de manera responsable los materiales que sustentan el estilo de vida moderno y la nueva economía energética. 

Hacia una nueva economía energética

La creación de una nueva economía energética a través de la energía renovable y la electrificación requerirá aumentos masivos en la producción de minerales. Por ejemplo, se espera que la demanda de cobre casi se duplique de los 25 millones de toneladas actuales a unos 50 millones de toneladas en 2035 para poder implementar las tecnologías necesarias para alcanzar los objetivos de cero emisiones netas en 2050. Según las tendencias actuales de producción de cobre, la oferta de cobre será 10 millones de toneladas inferior a la demanda en el 2035, y el 2050, el mundo solo producirá el 20% del cobre necesario para cumplir los objetivos climáticos de cero emisiones netas. Para cerrar esta brecha se necesitarán muchas más minas de cobre, instalaciones de reciclaje y procesos mejorados de lixiviación de cobre. 

Esto significa que es necesario descubrir más depósitos y construir minas a un ritmo improbable dados los plazos prolongados para obtener las aprobaciones. Incluso con el creciente interés y las oportunidades de reciclaje, la mayor circularidad y la expansión de los mercados secundarios para los minerales, la producción aún tendrá que aumentar. Para acercarse siquiera a lograr este ritmo, la industria necesitará tanta buena voluntad y confianza como sea posible, demostrando que es responsable.

Esto requerirá aprovechar la capacidad, la creatividad y la buena voluntad de las fuerzas de trabajo de la industria y los socios comunitarios para fundamentar las decisiones y las acciones en enfoques centrados en las personas. Se trata de establecer y mantener relaciones duraderas basadas en la confianza y el respeto. Es decir, relaciones que tengan como base la creación de lugares de trabajo seguros, saludables y equitativos. 

Aceleración de la tecnología 

Si bien la tecnología ayuda en la seguridad, limpieza, eficiencia y productividad empresarial, la velocidad de sus cambios afecta la dinámica social y económica. Por ejemplo, la automatización está ayudando a mitigar los riesgos de seguridad, reducir las emisiones y mejorar la eficiencia. En concreto, los vehículos autónomos, la perforación automatizada, las operaciones remotas y el monitoreo de activos son fundamentales para la forma en que se realiza la minería hoy y, más aún, en el futuro. 

La inteligencia artificial (IA), incluidos los grandes modelos de lenguaje como Chat GPT, está avanzando y aprendiendo por sí sola tan rápidamente que incluso sus creadores todavía están determinando cómo los modelos hacen lo que hacen. El avance acelerado de la IA está creando incógnitas desconocidas.

La industria debe preparar a las empresas y a las fuerzas laborales para navegar responsablemente estas oportunidades y amenazas tecnológicas, aferrándose a valores fundamentales para poder tomar decisiones morales y centradas en las personas en situaciones complejas y de rápido cambio, impulsadas o exacerbadas por la tecnología.

Turbulencia geopolítica 

Los acontecimientos geopolíticos tienen efectos materiales en la oferta y la demanda de materias primas individuales. El liderazgo en el sector de los recursos se extiende mucho más allá de los límites de las operaciones. También llega a las comunidades locales, las organizaciones de la sociedad civil, las legislaturas y las oficinas ministeriales y presidenciales. 

La industria debe sortear el nacionalismo de los recursos y las tendencias geopolíticas turbulentas para satisfacer la creciente demanda de minerales de la sociedad. Debe adaptarse rápidamente e invertir tiempo, energía, recursos y habilidades en una interacción sistemática y de alta calidad con los gobiernos y otras partes interesadas. La gobernanza basada en valores, la transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales para estabilizar los entornos geopolíticos en los que opera la industria. Así, se creará una certidumbre que satisfaga a los accionistas y, a la vez, cumple con los compromisos con otras partes interesadas. 

Conclusiones

De cara al futuro, estas megatendencias se animarán entre sí de maneras que no se pueden predecir. En cualquier escenario, la producción responsable de minerales y metales sigue siendo la única forma de que la industria puede generar valor sostenible para su fuerza laboral, comunidades, países anfitriones y accionistas, y suministrar los recursos necesarios para el nuevo futuro energético. 

Para navegar con éxito este período de cambio disruptivo será necesario aprovechar la capacidad, la creatividad y la buena voluntad de nuestra fuerza laboral y socios comunitarios. Así, podremos basar nuestras decisiones y acciones en enfoques centrados en las personas.

Este artículo fue publicado originalmente en el reporte Mining and Metals: Trends, Challenge and the Way Forward de World Economic Forum. Ha sido traducido y publicado por GĚRENS en junio de 2024. 

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