Hace tres años quién hubiera anticipado el éxito del Brexit, la crisis mundial de refugiados, el surgimiento del sanguinario ISIS (Estado Islámico). Sin embargo, hoy en día no es sorpresa que la incertidumbre geopolítica esté entre las principales preocupaciones de los gerentes.
El sector minero metalúrgico está especialmente expuesto a los cambios en los panoramas geopolíticos y de seguridad internacional, dado que opera en algunas de las áreas más complejas, contenciosas y frágiles del mundo. Según un reciente informe de Aon, la industria extractiva en general fue la tercera más afectada por el terrorismo y la violencia política en el 2015, al sufrir 87 ataques.
En consecuencia, las empresas en el sector necesitan entender las fuerzas que subyacen las transformaciones geopolíticas y su impacto en la seguridad mundial. Estas incluyen la combinación peligrosa de estados débiles que crean vacíos de poder (Sudán del Sur y partes de América del Sur) y estados fuertes que se enfrascan en competencias estratégicas, como se manifiesta en las tensiones del mar del Sur de la China.
La importancia geoeconómica de las industrias extractivas es bien conocida. Por ejemplo, las inversiones y la demanda de la China han alimentado desde hace mucho el crecimiento de la industria extractiva, en especial de materiales para la fabricación de acero, como el coque metalúrgico, el mineral de hierro y tierras raras. Con la reducción de la demanda y producción de la China junto con el cambio de una economía basada en construcción a una basada más en el consumo, la caída mundial de los precios de estas materias primas ha sido significativa.
Otro impulsor han sido los avances tecnológicos recientes. Por ejemplo, un teléfono celular inteligente promedio requiere alrededor de cuarenta minerales distingos, lo cual significa que el sector tecnológico depende de la minería y es vulnerable a las alteraciones en la extracción o en la entrega de dichos minerales y a las tormentas geopolíticas que alteran los precios. Ejemplos similares pueden citarse en casi todas las industrias que dependen del flujo y el acceso constantes a los llamados «metales de la tecnología». Estos son esenciales para la miniaturización de los dispositivos electrónicos, para la energía sostenible y las innovaciones en tecnología médica. Además, son un elemento clave en las telecomunicaciones y en los sistemas de defensa debido a sus propiedades únicas.
Mucho menos apreciado es el potencial de las empresas mineras de asumir el liderazgo a largo plazo para luchar contras las incertidumbres resultantes. La Iniciativa para el Desarrollo de Minería Responsable del Foro Económico Mundial menciona que «el potencial transformador del sector minero para crear valor no está siendo aprovechado». Inspirados en el nuevo libro blanco del Foro Económico Mundial, Cómo navegar el panorama geopolítico: Una perspectiva de los sectores minero y metalúrgico, estas son cinco formas en que las empresas pueden mejorar su propio perfil de riesgos mientras contribuyen a mejorar la seguridad geopolítica.
1- Construir relaciones con diversos grupos de interés. Muchas empresas mineras han descubierto que fomentar alianzas con entidades que incluyen al gobierno, la sociedad civil, las comunidades, las organizaciones religiosas, las asociaciones de negocios, entre otros, ayuda a gestionar riesgos al construir lazos de confianza que pueden servir en situaciones de crisis y que puede ser optimizada para enfrentar incertidumbres y mejorar los resultados en todos los lados de la ecuación. Un punto de entrada relativamente poco controversial para el diálogo y para construir mayor preparación y resistencia puede ser comprender los impulsores de cambio en el panorama geopolítico y en la seguridad internacional. Algunas empresas mineras ya aprovechan las herramientas de previsión, como los escenarios futuros, como parte de su proceso de evaluación de riesgos.
El sector minero ya ha desarrollado una cantidad significativa de conocimiento y conciencia de riesgos geopolíticos y de seguridad internacional que pueden ser útiles para otros stakeholders. Al mismo tiempo, escuchar las perspectivas de otros stakeholders también ayuda a la preparación interna de la empresa. En consecuencia, realizar ejercicios conjuntos para abordar los factores geopolíticos adaptados a la minería con otros stakeholders puede crear valor para todos, ya sea construyendo relaciones o compartiendo conocimiento.
2- Crear valor y demostrar valor a las comunidades. La cohesión social es fundamental para contrarrestar los factores geopolíticos. Además, la manera en que las empresas mineras se comprometen con las comunidades donde operan puede contribuir en desarrollar o debilitar la cohesión.
La contribución de la actividad minera al desarrollo sostenible incluye los impuestos pagados, el desarrollo de habilidades locales, la construcción de infraestructura, el empleo y los contratos con proveedores de la localidad. Demostrar con claridad cómo la empresa ayuda a resolver los desafíos de una comunidad le permite ganar respeto. Esto reduce el riesgo de puntos de conflicto locales que pueden interrumpir las operaciones y potencialmente desbordarse a mayor escala.
3- Ir más allá del cumplimiento en fomentar transparencia. Algunas empresas mineras han informado experiencias positivas por ir más allá del cumplimiento y por emplear voluntariamente estándares más altos en medidas anticorrupción y de transparencia. Dado que otro impulsor importante para la seguridad mundial es la fortaleza de las instituciones, el beneficio de tal enfoque no se limita a las empresas: también ayuda a que el panorama geo-político sea más estable.
4- Compartir información con los pares. Por razones operativas y reputacionales, compartir información geopolítica con los pares puede ser un desafío. Sin embargo, existen circunstancias en que hacer el esfuerzo para configurar los mecanismos necesarios puede beneficiar a las empresas y a la seguridad por igual. Un ejemplo es lidiar con el crimen organizado (un problema creciente para las minas, en particular en América Latina). Hay ejemplos exitosos de empresas mineras que comparten información y que toman acción colectiva para alinear las políticas y las prácticas.
Otro ejemplo es la ciberseguridad, donde la resistencia de todo el sistema mejora cuando las empresas están dispuestas a compartir información de cómo han sido atacadas. Esto permite a otras empresas evitar ser víctimas de las mismas técnicas. Requiere que las empresas reconozcan que maximizar la seguridad del sector como un todo es una prioridad mayor que la ventaja competitiva. No es una tarea sencilla, pero otros sectores, como el de las aerolíneas en Estados Unidos y los servicios financieros en Holanda demuestran que sí se puede lograr.
5- Mejorar las estructuras internas. Las empresas mineras han desarrollado una variedad de mecanismos internos para garantizar que la evaluación de riesgos in situ alimente a la sede central, donde se integran en una evaluación de riesgos general, que es diseminada en toda la empresa.
Una estrategia recomendada es establecer funciones a nivel del directorio para monitorear los riesgos geopolíticos, ya que elevar el análisis y la toma de decisiones a los niveles más altos permite respuestas más efectivas, implementación de políticas, agilidad táctica y mayor comprensión de los problemas.
Creemos que con una mayor comprensión de los problemas y de su propio rol cambiante en el panorama geopolítico y de la seguridad mundial, las empresas mineras pueden participar de forma más profunda en el diálogo y desempeñarse como un socio más constructivo en enfrentar los desafíos de seguridad mundial. Existen oportunidades sin explotar para abordar vacíos en los enfoques establecidos y esfuerzos de colaboración que pueden beneficiar la preparación y capacidad de respuesta de la cadena de valor del negocio y el panorama de seguridad como un todo.
Autores originales del artículo: Gillian Davidson y Anja Kaspersen
Artículo traducido y adaptado de World Economic Forum
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