Entrevistador: Hoy tenemos con nosotros a dos expertos en evaluación de impacto: el Dr. Armando Gallegos y el MBA Luis Shimabukuro, ambos docentes de la Escuela de Postgrado GĚRENS. Ellos han liderado el equipo de evaluación de impacto de un importante programa de cooperación técnica a nivel regional en América Latina, y es con ese motivo que conversaremos con ellos sobre el valor de la evaluación de impacto en distintos sectores, desde el público hasta el privado, incluyendo industrias extractivas y programas de desarrollo.
Pregunta: Empecemos con lo fundamental: ¿Por qué es tan relevante realizar evaluaciones de impacto en proyectos y programas de intervención?
Armando Gallegos: La evaluación de impacto es crucial porque permite determinar si los recursos asignados realmente generan los cambios esperados. No basta con ejecutar un programa o una inversión social; es fundamental demostrar con datos objetivos cuál ha sido el efecto real.
Luis Shimabukuro: Exactamente. Además, evaluar el impacto ayuda a justificar inversiones y fortalecer la confianza de los stakeholders. En el caso de empresas extractivas, por ejemplo, las comunidades y los gobiernos requieren evidencia de que las inversiones sociales han generado cambios positivos y sostenibles.
Pregunta: ¿Cuáles son algunos sectores donde la evaluación de impacto puede marcar una gran diferencia?
Armando Gallegos: Hay una gran necesidad de evaluar impactos tanto en el sector público como en el privado. En el público, los programas de cierre de brechas en educación, salud y acceso a infraestructura, por ejemplo, necesitan ser evaluados para gestionar su ejecución y garantizar su efectividad. En el sector privado, la evaluación de impacto es clave en programas de responsabilidad social, inversiones comunitarias y en iniciativas de desarrollo sostenible.
Luis Shimabukuro: También añadiría el sector financiero y el de tecnología. Las inversiones en inclusión financiera, conectividad y digitalización pueden generar impactos significativos que deben medirse para optimizar estrategias futuras.
Pregunta: ¿Cómo se puede determinar si los resultados obtenidos se deben directamente a la intervención o si hay otros factores que influyen?
Luis Shimabukuro: Es una pregunta clave. La evaluación de impacto es un proceso complejo y no siempre es posible aislar completamente el efecto de una intervención de otros factores intervinientes. Lo óptimo para evaluar impacto es definir líneas de base y establecer grupos de control o el uso de técnicas como diferencias en diferencias. También es vital el análisis cualitativo: entrevistar a beneficiarios y expertos puede ayudar a entender mejor qué factores han influido en los resultados.
En muchos casos, no es factible el escenario óptimo. En esas situaciones, cuando no es viable aplicar métodos contrafactuales o comparar con grupos de control, se pueden emplear enfoques alternativos, como entrevistas a profundidad o la triangulación de fuentes de información, que permitan una mejor interpretación del impacto específico de la intervención.
Armando Gallegos: Complementaría la respuesta señalando que en lo cualitativo se puede recurrir al juicio de expertos y al estudio de casos comparativos. Adicionalmente, me gustaría señalar que el uso de big data e inteligencia artificial está revolucionando este campo. Hoy podemos analizar grandes volúmenes de datos para identificar patrones y atribuir impactos con mayor precisión.
Pregunta: ¿Cómo pueden los resultados de una evaluación de impacto ayudar a las empresas y gobiernos a mejorar sus estrategias?
Armando Gallegos: Efectivamente, los resultados de una evaluación de impacto pueden ser una fuente de información y comunicación valiosa para las empresas que invierten en proyectos de responsabilidad social. La evaluación de impacto ayuda a saber si una estrategia está funcionando, conocer lo que generó los impactos esperados y sus causas y de esta manera ajustar la estrategia en las intervenciones futuras. En una empresa minera, por ejemplo, si una línea de intervención no está mejorando el bienestar del territorio y no está mejorando la aceptación social de la empresa, la evaluación indicará qué debe cambiar.
Luis Shimabukuro: Además, las evaluaciones ayudan a priorizar. No todos los programas son igual de efectivos; los resultados permiten concentrar recursos en iniciativas con mayor impacto. También, la evaluación de impacto demuestra el valor de las intervenciones: permite presentar en forma objetiva el valor de las inversiones a las partes interesadas, como son accionistas, funcionarios y la comunidad en general, reflejando transparencia y mejorando la confianza de los stakeholders hacia la empresa.
Pregunta: ¿Cuáles son los principales desafíos en la evaluación de impacto y cómo pueden superarse?
Luis Shimabukuro: Hay varios, pero destaco tres: la falta de datos de calidad, la resistencia de la alta dirección a conducir la evaluación de impacto y los costos de la evaluación. Para disponer de los datos, es clave establecer líneas de base y es recomendable emplear metodologías mixtas cuantitativas y cualitativas. Para superar la resistencia a las evaluciones de impacto, es necesario difundir más la manerfa cómo esta herramienta proporciona información valiosa para la toma de decisiones, la optimización de recursos, y la imagen y reputación de la empresa ante los stakeholders. Y para el tema de optimizar los costos, cada vez hay tecnologías más económicas y accesibles, desde encuestas digitales hasta herramientas de analítica avanzada que facilitan el proceso de recopilación de información sin grandes inversiones.
Armando Gallegos: Además, yo señalaría que la evaluación de impacto debería considerarse desde el diseño de las intervenciones. Esto implica definir objetivos, indicadores y metas alineados con una estrategia de recolección de datos que, partiendo de una línea de base, permita obtener evidencia objetiva sobre los cambios generados. Además, la selección de una metodología adecuada a las características de la intervención y su contexto debe considerarse como un elemento clave en la planificación inicial de la intervención.
Pregunta: Si una empresa o institución tiene recursos limitados para evaluación de impactos, ¿qué estrategias recomendarían para llevar a cabo una evaluación efectiva?
Armando Gallegos: La recopilación de datos primarios suele representar un costo significativo en la evaluación de impacto. Para reducir o evitar estos gastos, sugeriría utilizar datos secundarios, información disponible en bases de datos de instituciones públicas o académicas, estudios previos o bases de datos externas u otras fuentes secundarias. Otra estrategia es, como se dijo anterormente, planificar la evaluación desde la fase de diseño del programa a fin de definir tempranamente indicadores clave y establecer mecanismos de recolección de datos dentro de los límites presupuestarios, optimizando recursos desde el principio.
Luis Shimabukuro: Adicionalmente, sugeriría usar herramientas digitales de bajo costo para la recolección y análisis de datos. Así el uso de aplicaciones móviles, plataformas virtuales, inteligencia artificial, analítica de datos y herramientas de visualización puede facilitar la recolección y el análisis de datos, reduciendo costos operativos y mejorando la eficiencia del proceso. Otras recomendaciones podrían ser: identificar una muestra pequeña pero representativa de la población, usando diseños simples y priorizando indicadores clave; balancear el nivel de precisión necesaria con los recursos disponibles, evaluando el costo beneficio; y combinar métodos cuantitativos y cualitativos.
Finalmente, otra estrategia sería trabajar en alianzas con universidades o institutos que pueden proporcionar acceso a estudiantes o investigadores que pueden apoyar la evaluación como parte de sus estudios o proyectos, reduciendo costos sin comprometer la rigurosidad del análisis.
Pregunta: ¿Cuáles son los beneficios de integrar la evaluación de impacto en la estrategia global de una organización?
Armando Gallegos: Me gustaría destacar dos beneficios. Primero, contribuye a mejorar la toma de decisiones gracias a la información objetiva y basada en evidencia sobre los efectos de las decisiones estratégicas vinculadas a los proyectos y programas. Segundo, ayuda a usar más eficazmente los recursos de la organización, guiando las inversiones hacia aquellos proyectos y programas que generan mayor impacto. En un entorno donde los stakeholders exigen mayor responsabilidad, contar con datos verificables sobre el impacto es una ventaja competitiva.
Luis Shimabukuro: Dos beneficios adicionales de la evaluación de impacto son 1) mejora la imagen de la empresa al demostrar el impacto real y verificable de su intervención, mostrando evidencia del valor que genera para su entorno; y 2) Facilita la escalabilidad y replicabilidad de las iniciativas o intervenciones ya que proporciona datos concretos sobre qué estrategias funcionaron mejor y podrían ampliarse o replicarse en otras regiones o industrias.
Pregunta: Finalmente, ¿cuál es el futuro de la evaluación de impacto?
Luis Shimabukuro: No cabe duda que las empresas y gobiernos tendrán que demostrar cada vez más el impacto de sus inversiones y políticas, lo que hará que la evaluación sea un componente esencial de la gestión estratégica.
Considero que la evaluación de impacto evolucionará adaptando o desarrollando nuevas metodologías o herramientas, haciendo uso de los avances tecnológicos como la digitalización y la inteligencia artificial. Se acentuará el uso de metodologías cuanti-cuali, complementando los indicadores tradicionales con narrativas, juicios de expertos y datos de campo, que contribuyan a una medición más efectiva de impactos intangibles del bienestar social, la calidad de vida, el capital social, entre otros.
Armando Gallegos: También preveo que se acelerará el uso de avances tecnológicos para la recolección y análisis de datos: se empleará encuestas vía móviles y plataformas digitales para recolectar datos; reduciendo costos, tiempos de evaluación y dependencia de evaluaciones presenciales. La incorporación de big data, machine learning e inteligencia artificial permitirá analizar grandes volúmenes de información en tiempo real, identificando patrones y tendencias con mayor precisión. Otra tendencia importante es que se dará mayor alineación de las evaluaciones de impacto con estándares internacionales tales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), las métricas de ESG (factores ambientales, sociales y de gobernanza), entre otros.
Conclusión
Entrevistador: Ha sido una conversación muy enriquecedora. Gracias a los profesores Armando Gallegos y Luis Shimabukuro, por compartir su experiencia y visiones sobre la evaluación de impacto. Sin duda, es una herramienta clave para mejorar la gestión en todos los sectores.
Entrevista elaborada por: Karen La Rosa Lora