En este texto continuo las aproximaciones conceptuales que considero deben incluirse en el análisis y la práctica de la gestión social.
Aproximación comunicacional
El componente comunicacional es transversal a cualquier tipo de gestión. Lo es también para los procesos sociales de cualquier proyecto extractivo. Nuevamente, nos sustentamos en la condición humana para defender la importancia de una efectiva estrategia comunicacional con la finalidad de lograr acuerdos conjuntos y gestar acciones colectivas. Siempre ha estado presente con esta grave importancia.
Sin embargo, los últimos quince a veinte años, con la proliferación generalizada de internet; la diseminación constante de mensajes vía redes sociales y aparatos tecnológicos; la apropiación inusitada de un poder informativo individual y el consumo inevitable de mensajes e información de todo tipo; este proceso es mucho más dinámico, agresivo y efectivo. Ahora se está hablando de una interacción inteligente.
Para Rheingold esta interacción inteligente se da a través de multitudes inteligentes, caracterizadas por “una cooperación inédita que pone en contacto no solo a la persona sino a las cosas. Son capaces de emprender movilizaciones colectivas de diverso tipo, políticas, sociales, económicas gracias a que pueden organizarse a escalas novedosas, tanto en velocidad como extensión”. (Rheingold)
Lo que debe considerarse en la gestión social, es que el individuo está así más empoderado, y que hay una mayor capacidad de observación y de criticidad sobre los actos públicos.
En otras palabras, como lo hemos visto los últimos años cualquier proceso que revista cierto interés colectivo, puede ser dinamizado por algún agente emisor que tenga la sensibilidad y habilidad para promover acciones colectivas. Las crisis sociales de algunos proyectos y operaciones extractivas son una muestra elocuente de ello.
Aproximación económica
Las mayorías de comunidades, sino son todas, donde se desarrollan los proyectos extractivos, son económicamente pobres; a veces, extremadamente pobres. Han visto en el arribo de un proyecto minero o de hidrocarburos una gran oportunidad de desarrollo. Sin embargo, las aproximaciones conceptuales ya mencionadas (antropológica, sociopolítica, neurocientífica y comunicacional) están presentes en la relación, funcionando como grandes filtros. Más aun, configuran una barrera difícil de salvar cuando queremos vincularnos en la promoción del desarrollo individual y colectivo de las familias de cada comunidad. Ya tenemos, entonces, barreras previas pre existentes y dimensionadas.
¿Qué debemos saber de esta aproximación económica para promover espacios de desarrollo local que ayuden a estas comunidades a salir de la pobreza o pobreza extrema en la que viven?
Todos sabemos que los proyectos extractivos pueden ayudar a salir de la pobreza económica a las poblaciones locales cercanas a sus operaciones. ¿Cuánto de ello se da? Y si se ha dado, ¿cuáles han sido los resultados y de qué manera se ha intervenido? En algunas entrevistas con diferentes líderes de la industria extractiva, cuando mencionábamos el tema de desarrollo económico local, las respuestas que nos han dado han sido variadas, pero todas ellas, con un denominador común: el tema de desarrollo lo debe ver el Estado y las empresas solo deben ser un actor más. Nunca estar en el centro del proceso del desarrollo local.
Me nacen algunos cuestionamientos al respecto: ¿Cómo hubiera sido el actual escenario de los proyectos extractivos paralizados si se hubiera intervenido, con anticipación, para resolver los problemas de pobreza instalados en estos contextos, desde sus orígenes, como comunidades campesinas o nativas? Por otro lado, ¿Qué hubiera pasado si las empresas que promueven estos proyectos extractivos se hubieran comprometido en liderar los procesos de desarrollo local de la mano con sus comunidades y gobiernos locales presente? ¿Qué tanto involucramiento real, orgánico y estructurado ha existido entre empresas extractivas y gobiernos locales para luchar contra la pobreza y generar nuevas condiciones de desarrollo sostenible?
Creo que aquí es importante divisar algunos enfoques muchos más modernos y propositivos como el que propugna Porter cuando habla de Valor Compartido. Hay algunos ejemplos sobre ello en nuestro país, pero estoy seguro que se puede implementar muchos más. Cuanto más se han beneficiado las comunidades, mayor ha sido la viabilidad social y sostenibilidad social del proyecto extractivo. Es por ello que estamos convencidos que mientras más beneficios económicos directos tengan las comunidades mayor interdependencia habrá entre empresa y comunidad.
Aproximación Normativa ( Estándares Globales )
Otro de los aspectos que podrían ayudar a bajar la intensidad de los conflictos y evitar desbordes lamentables, es la incorporación (real) de algunos principios, guías o estándares en las compañías (que muchas, sino todas, ya los tienen) sobre el tema de Responsabilidad Social y/o Sostenibilidad Corporativa. Pero no solo para efectos promocionales o de marketing. Debemos incorporarlo en nuestro ADN corporativo, llevarlo a la práctica en nuestros programas de inversión social para evitar caer en el clientelismo y, fundamentalmente, saber comunicarlo con eficacia, ante nuestros diversos stakeholders, para que sean valorados en su real proporción.
Los procesos de gestión social en la industria extractiva, desde hace un tiempo atrás, han venido incorporando enfoques de responsabilidad social corporativa y/o desafíos de sostenibilidad. Gran parte de las compañías que operan en nuestro país incorporan estos enfoques como políticas corporativas. Esta realidad pretende equiparar en peso e importancia los aspectos sociales con los aspectos técnicos del proceso productivo, dándole una perspectiva estratégica al diseño de un proceso productivo de la mano con los aspectos sociales que los diversos stakeholders esperan y demandan.
Es bueno aclarar que estos enfoques, más allá de ser aspectos legales o vinculantes, se sitúan en el interés de las empresas por elevar su reputación, lo que se expresa en sus Reportes de Sostenibilidad. Sin embargo, si bien es cierto no hay una obligación formal, de carácter legal para desarrollar actividades de Responsabilidad Social Corporativa, también es cierto que el “ojo público” está encima de estas actividades, comparándolas y vigilándolas en cuanto a su desempeño de inversión social. En algunos casos cuestionándolas. Ello si puede traer algún serio impacto económico en ellas, mucho más si son medidas, en algunos casos, por índices de sostenibilidad como el Dow Jones Index Sustainability. Existen sistemas de reportes de acuerdo a este índice que deben ser cumplidos por las corporaciones que cotizan en bolsa.
En síntesis, he encontrado que abordando un proceso social que incorpora estas seis aproximaciones, (todas juntas de manera interdependiente) es mucho más viable el desarrollo de un proyecto y mucho más sostenible una operación extractiva con paz social.
Seis aproximaciones conceptuales a la Gestión Social [Parte I]
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