Ha pasado un año desde que el Perú empezó la primera cuarentena para enfrentar la pandemia. Uno de los terribles impactos de este largo periodo de pandemia ha sido que las personas que han seguido trabajando se han sentido abrumadas por el trabajo intenso e incesante que han realizado en contextos de gran stress emocional, que derivó muchas veces en stress crónico y en la sensación de estar “quemados”.
Si bien, todas las personas no importando la edad u ocupación han sido fuertemente afectadas por la situación, los adultos que trabajan lo han sido mucho más. En este artículo se analiza el estrés laboral, partiendo de unas preguntas de diagnóstico que Mayo Clinic, el afamado centro de salud norteamericano, recomienda. Si la persona tienen muchas respuestas afirmativas, hay que empezar a trabajar para controlarlo:
- ¿Te cuesta mucho empezar tu jornada de trabajo?
- ¿Te has vuelto irritable o impaciente con tus compañeros de trabajo o clientes?
- ¿Te falta energía para ser productivo de manera constante?
- ¿Te cuesta concentrarte?
- ¿No logras satisfacción por tus logros?
- ¿Te siente desilusionado con su trabajo?
- ¿Está consumiendo más alimentos, drogas o alcohol para sentirse mejor?
- ¿Han tenido problemas de sueño?
- ¿Está preocupado por dolores de cabeza inexplicables, problemas estomacales o intestinales u otras molestias físicas?
Los empleados mineros han tenido que enfrentar la pandemia ya sea trabajando desde casa con la deficiente infraestructura tecnológica y física de la mayoría de los hogares, o en su defecto, han tenido de trasladarse a las operaciones mineras por periodos mucho más largos y con los temores propios del riesgo de infección. La familia ha tenido que adaptar la casa para que todos sus miembros desarrollen sus actividades laborales o educativas. Fuera de la minería el panorama es aún peor, un 70% de jefes de familia que viven de su ingreso diario informal, que necesitan trabajar para comer, han sentido gran frustración frente a las restricciones de movilización. De una manera u otra se ha acumulado mucho estrés, angustia y frustración y todo ello ha derivado en muchas personas con el síndrome de sentirse quemado.
La persona que es presa de la sensación de estar quemado, burn-out en inglés, se siente sola e incapaz de satisfacer las demandas constantes del trabajo, la familia y la sociedad. Atraviesa por un estado de agotamiento emocional, físico y mental causado por un estrés excesivo y prolongado. Los efectos negativos de sentirse quemado, afectan a todas las áreas de la vida, en especial a la salud física y mental.
Si bien el burnout no es nuevo y se viene estudiando desde hace muchos años en contextos como las salas de emergencia de hospitales, los pilotos de aviones o los bomberos, se ha intensificado recientemente. Así, Hoch (2021), en una editorial del Harvard Business Review reporta que, en una encuesta reciente, 90% de empleados respondió que su bienestar general había disminuido por la pandemia y su salud se había afectado. Asimismo, Moss (2021) en su artículo del HBR propone que muchos gerentes hoy en día no se han dado cuenta que este síndrome se ha generalizado entre los empleados. Se necesita evaluar el daño que puede causar a la empresa pasar por alto este tema e iniciar programas para reducir el stress antes que se vuelva una patología corporativa. Además, deben tener en cuenta que la Organización Mundial de la Salud ha definido que el burnout es un fenómeno ocupacional y no una simple enfermedad. Moss propone algunas acciones sencillas que se pueden realizar:
- Para contar con un diagnóstico de la situación, cada empleado debe preguntar dos cosas a la gente que trabaja directamente para él:
- ¿Qué es lo que realmente les molesta de la situación actual?
- ¿Qué les gustaría que la empresa hiciera para solucionarlo?
- Organizar pequeñas celebraciones virtuales para retomar la integración. Por ejemplo, apoyo específico para alguien en apuros, celebraciones por cumpleaños del mes, reuniones para día de la madre y del padre.
- Organizar grupos de interés para hacer alguna actividad relajante como meditaciones cortas, estiramientos para pausas activas, ejercicios de yoga, tai-chi, entre otras.
- Apoyar proyectos simples y enfocados con ideas que los mismos empleados han propuesto.
- Finalmente, fomentar que los empleados conozcan los consejos de la psicología positiva que con cosas sencillas que mejoran el bienestar de las personas: dormir bien, hacer ejercicios diarios, enfocarse en identificar razones para dar gracias y practicar la gratitud, y hacer actos de generosidad para con otros.
Por otra parte, para los gerentes se proponen dos recomendaciones simples:
- Evitar pasar a los colaboradores aún más presión de la que ya tienen; más bien buscar reducirla.
- Tomar en cuenta que muchos empleados están con una gran adrenalina generada por la pandemia y que eso los hace seguir operando casi por inercia. Cuando la pandemia pase, sus defensas caerán y es muy probable que muchos empleados enfermen. Además, las secuelas físicas y psicológicas postcovid deberán formar parte de los empleados que entrarán en rehabilitación. Las empresas deben estar preparadas para ofrecer ayuda para enfrentar este problema en la postpandemia.
En la Maestría en Gestión Minera de GĚRENS se abordan estos temas del stress y el bienestar del trabajador minero.