Las minas emplean a cientos y, a veces, a miles de personas. A menudo, se ubican en lugares alejados y pueden cubrir varios kilómetros de terreno hostil. Las empresas que operan las minas tienen el deber de asistencia para garantizar el bienestar de su comunidad, que no solo comprende al personal, sino también a los contratistas, los socios, los visitantes y el público en general.
Esto requiere saber siempre quién está y dónde está en un momento dado. Requiere restringir el acceso a áreas de alto riesgo y garantizar que el público no pueda acceder de forma accidental a áreas peligrosas, como las obras subterráneas, los almacenes de explosivos e instalaciones con maquinaria en funcionamiento.
Tampoco no solo se trata del deber de asistencia. Existen deberes de salud y seguridad ocupacional. En circunstancias, solo personal con un adecuado nivel de entrenamiento y experiencia debe tener acceso a ciertas áreas y deben estar equipados de forma apropiada.
Para muchas minas, el perímetro de seguridad es tal vez la preocupación más difícil. Mantener alejadas a las personas no autorizadas es de vital importancia para la empresa minera en términos de protección al personal, los recursos y los equipos. Dado que los equipos son especializados y costosos, los robos son siempre un problema potencial.
Aunque algunos principios generales de seguridad minera son comunes en toda la industria, las principales necesidades de seguridad de una mina siempre variarán en relación con la siguiente, según la naturaleza de las operaciones. Por ejemplo, una mina de alto valor requerirá grandes niveles de seguridad para proteger sus productos, mientras que una mina de carbón probablemente se enfoque en la eficiencia operativa y administrativa para garantizar que la productividad permanezca por buen camino y el comportamiento del personal se mantenga dentro de los parámetros aceptados.
El desafío es establecer una infraestructura adecuada que identifique rápidamente a todas las personas dentro de las instalaciones, dar a cada una los credenciales necesarios y restringir los movimientos de acuerdo con los derechos de acceso demandados por el rol de cada persona y los credenciales correspondientes.
Esto debe ser logrado a pesar de las características físicas verdaderamente difíciles de las operaciones mineras. Lectoras de tarjetas de acceso, por ejemplo, pueden ser instaladas debajo de la línea del tejado en un taller. Es probable que el lugar no sea completamente cerrado, así que hay riesgo de que haya polvo envolvente. En consecuencia, las lectoras deben ser capaces de soportar ambientes severos.
La comunicación y la energía son otros problemas adicionales. El cableado excesivo no es viable en extensas obras mineras. Por eso, la gestión en seguridad minera tiende a preferir el uso de dispositivos donde sea que haya infraestructura.
Un conjunto de soluciones prácticas
No hay un enfoque único para todo en la seguridad de obras mineras. Siempre habrá una serie de factores, como vulnerabilidades específicas, el nivel y tipo de amenazas enfrentadas y el ambiente físico, que determinarán qué tecnología es la más adecuada para una obra en particular.
Lo que está claro es que la tecnología en seguridad es cada vez más sofisticada. La generación actual de dispositivos de control de acceso IP representa menos tiempo de inactividad, menos mantenimiento y la ausencia de fallas catastróficas. A diferencia de los sistemas tradicionales, las soluciones IP realizan constantes verificaciones y notifican de manera inmediata al usuario cuando se identifica un problema.
Además, al ser una solución en forma de software, los costos de actualización se reducen. Los usuarios finales pueden maximizar la inversión al utilizar la tecnología en hardware más reciente y aprovechar la infraestructura IP existente.
Durante la década pasada, las empresas empezaron a evaluar las soluciones en seguridad con más inteligencia. Ahora ven más allá del costo inicial del producto para tomar decisiones según el costo total de propiedad que incluye gastos operacionales.
Al hacer esto, hay diversos ciclos de vida, problemas de gestión por considerar, incluida la vida útil esperada del equipo; la adaptabilidad a aplicaciones adicionales y la ruta de migración tecnológica.
Por ejemplo, una tarjeta inteligente sin contacto puede ser utilizada para ser compatible con múltiples aplicaciones controladas por identidad, que incluyen el acceso lógico, control de horario y asistencia, pago sin efectivo, transporte público local, entre otros, proporcionando la oportunidad de ahorrar costos significativos al maximizar los usos de una sola tarjeta.
Las empresas mineras grandes deben considerar los requisitos basándose en la presencia nacional o internacional de sus instalaciones. Para estas empresas, un sistema de gestión de acceso e identificación debe ser capaz de desplegarse en varios continentes, debe poder integrarse a una amplia variedad de sistemas de servidores y debe ser tan adaptable que incluya medidas de seguridad específicas para cada país o lugar.
La importancia de asegurar los bienes mineros no disminuirá en el futuro. De hecho, a medida que algunos recursos empiecen a escasear, las necesidad de asegurar la información y limitar el acceso físico a los bienes será mayor. El desafío es lograr el nivel necesario de seguridad sin renunciar a la comodidad y la eficiencia. Aquí es donde el valor de las tecnologías convergentes en seguridad minera será cada vez más aparente.
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