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¿Por qué duran tanto los Conflictos Sociales sobre los Recursos Hídricos en el Perú?

Conflictos Sociales

¿Por qué duran tanto los Conflictos Sociales sobre los Recursos Hídricos en el Perú?¹

  1. Introducción

El agua es un recurso fundamental tanto para el desarrollo de la humanidad como para el desarrollo de las actividades productivas que permiten el desarrollo económico. La disponibilidad de agua de buena calidad eleva la probabilidad de la población de tener buena salud, lo cual es clave para la reducción de la pobreza, promover el crecimiento y el desarrollo económico a largo plazo. Además, según UNESCO (2016) tres de cada cuatro empleos dependen del agua y más de la mitad de los trabajadores del mundo están empleados en ocho de los sectores productivos más dependientes del agua. En este sentido, el agua resulta fundamental tanto para la salud como para la actividad económica.

No obstante, a la fecha existe una crisis del agua generada por la escasez del recurso hídrico y la competencia en torno a su uso  (Jägerskog & Phillips, 2006). La escasez de agua es generada, entre otros factores, por una mala gestión pública, que se materializa a través de la afectación de los atributos de calidad y cantidad del agua (Sachs, 2008). En el Perú, tanto la escasez como la competencia por los recursos hídricos han derivado en conflictos sociales en los últimos años. Así, para el período de análisis de cuatro años evaluado en la investigación desarrollada por Vásquez y Nario (2022), entre enero del 2012 y diciembre del 2015, el número de conflictos sociales relacionados al uso de los recursos hídricos aumentó de 51 a 102, a pesar de que el número de conflictos sociales en general disminuyó de 228 a 211 en el mismo periodo de tiempo. En otras palabras, la importancia de este tipo de conflictos se incrementó en el período de análisis, pasando de 22% en enero de 2012 a 41% en diciembre de 2015.

Ahora bien, lo cierto es que la literatura académica en torno a los conflictos sociales relacionados al uso de recursos naturales como el agua, en general, está enfocada en las causas del inicio de conflictos y las consecuencias de estos, mas no en la duración de estos eventos. En ese sentido, el estudio de Vásquez y Nario (2022) aporta a cubrir dicho vacío mediante el análisis de los determinantes de la duración de los conflictos sociales relacionados a los recursos hídricos en el Perú. La investigación que reseñamos en este artículo tiene como objetivo dar respuesta a la interrogante planteada en este artículo: por qué duran tanto los conflictos sociales sobre los recursos hídricos. Para ello, se realiza una identificación de las principales variables que afectan la duración de este tipo de conflictos y, basado en los hallazgos de este ejercicio, plantear medidas de política pública que permitan disminuir la duración de estos conflictos.

Este artículo está organizado de la siguiente manera. La primera parte consta de esta presente introducción, en tanto que en la segunda parte se presenta el marco teórico y una breve revisión de la literatura empírica existente sobre la duración de los conflictos sociales. En la tercera parte se describe la metodología de investigación, la cual se divide en una simplificada descripción del modelo econométrico usado por Vásquez y Nario (2002) y en la descripción de la base de datos empleada por los autores. La cuarta parte presenta los resultados de la investigación. Finalmente, en la quinta y última parte presentamos las conclusiones y recomendaciones de política pública que derivan de la investigación.

2. Marco teórico

Con la finalidad de explorar más a fondo los factores que determinan la duración de los conflictos sociales, en esta sección se presenta el marco conceptual sobre los conflictos sociales en general, para luego analizar el caso específico de los conflictos sociales vinculados a los recursos hídricos y la duración de este tipo de conflictos. Asimismo, se presenta la literatura empírica relacionada a la problemática identificada en la presente investigación.

El estudio del origen de los conflictos se remonta a estudios como los de Marx y Engel (1972) y Marx (1976) quienes señalan que los conflictos sociales surgen de la lucha de clases, por lo que consideran que la desigualdad económica es un factor clave en la aparición de conflictos. En línea con esta teoría, Cederman, Weidmann y Gleditsch (2011) encuentran que las diferencias en el ingreso per cápita entre los grupos junto con la exclusión de la participación política ayudan a explicar los conflictos. Otros autores también indican que la distribución no equitativa de las rentas de los recursos y la exclusión sistemática de los grupos étnicos o de otras minorías («desigualdades horizontales») pueden crear condiciones propicias para el inicio de los conflictos [Stewart (2003), Nafziger & Auvinen (2003)].

Adicionalmente, se realizaron varias investigaciones que buscan explicar los fundamentos de la aparición de conflictos. Según Murshed (2014), existe cierto consenso entre los analistas de conflictos en considerar que aquellos surgen cuando hay privación y/o competencia por los recursos naturales. El autor sostiene que estos conflictos pueden ser mitigados si las instituciones del Estado están bien estructuradas y son inclusivas (Acemoglu & Robinson, 2012) y los contratos sociales funcionan correctamente. Caso contrario, estos pueden ser exacerbados. Asimismo, para el autor, la dependencia económica de ciertos tipos de recursos eleva la probabilidad de desencadenar guerras civiles en los países en desarrollo. De otra parte, los factores ambientales también juegan un papel clave en el desarrollo de los conflictos dentro de un país. Similarmente, Gurr (1970) argumenta que el agravio causado por la privación prolongada de los recursos puede conducir a la violencia interna.

Para Sierralta (2018), la escasez de bienes y recursos naturales, así como las controversias por la posesión de activos patrimoniales puede llevar a las personas, grupos poblaciones e incluso los países a enfrentarse hasta el extremo de llegar a la guerra. El conflicto bajo esta perspectiva surge dentro de grupos de individuos o a partir de la interacción de empresas, grupos sociales, partidos políticos o movimientos religiosos cuando una parte percibe que la otra realiza alguna acción que le producirá efectos negativos relativos a su propio bienestar o sus propios intereses (Sierralta, 2018, págs. 149-150).

Asimismo, otros estudios indican que el aumento de la tecnología de comunicación está atrayendo la atención nacional e internacional sobre los conflictos sociales, ya que los medios suelen recoger estos eventos y transmitir la violencia o la injusticia que está ocurriendo. Así, según Bebbington et al. (2008), pequeños movimientos recurren cada vez más a organizaciones internacionales para obtener ayuda. Estas organizaciones aprovechan sus redes transnacionales, aumentando aún más la publicidad de estos conflictos (Keck & Sikkink, 1998). La publicidad negativa puede desalentar la inversión, ya que las empresas tratan de desvincularse de los conflictos sociales, por lo que los inversionistas optan por invertir en otras regiones o países donde no recibirán publicidad negativa. Sobre este particular, cabe mencionar que recientemente la relación entre la cantidad de conflictos sociales sobre un territorio y el atractivo de un país para atraer inversiones en exploración minera ha sido estudiada en el trabajo de Vásquez y Prialé (2021).

Asimismo, otros estudios indican que el aumento de la tecnología de comunicación está atrayendo la atención nacional e internacional sobre los conflictos sociales, ya que los medios suelen recoger estos eventos y transmitir la violencia o la injusticia que está ocurriendo. Así, según Bebbington et al. (2008), pequeños movimientos recurren cada vez más a organizaciones internacionales para obtener ayuda. Estas organizaciones aprovechan sus redes transnacionales, aumentando aún más la publicidad de estos conflictos (Keck & Sikkink, 1998). La publicidad negativa puede desalentar la inversión, ya que las empresas tratan de desvincularse de los conflictos sociales, por lo que los inversionistas optan por invertir en otras regiones o países donde no recibirán publicidad negativa. Sobre este particular, cabe mencionar que recientemente la relación entre la cantidad de conflictos sociales sobre un territorio y el atractivo de un país para atraer inversiones en exploración minera ha sido estudiada en el trabajo de Vásquez y Prialé (2021).

En la literatura se identifica también que la generación de conflictividad social en el sector hidrocarburos del Perú está relacionada a la contaminación ambiental de los recursos hídricos que utilizan las comunidades locales (para consumo humano o para la pesca), especialmente en la región amazónica. La investigación de Yusta-García et al. (2017), mediante un metaanálisis de los informes de muestras recolectadas de manera aleatoria por parte de las empresas petroleras y el gobierno local de distintos ríos del norte de la selva peruana entre 1987 y 2013, muestra que los ríos analizados tienen una mayor concentración de cloruro, cadmio y plomo en comparación a los estándares internacionales. Por ello, el número de conflictos sociales en la Amazonía se incrementa a medida que la actividad petrolera se localiza en zonas cercanas a los recursos hídricos que utilizan las comunidades locales

Si bien las investigaciones representan un aporte a la literatura referida a la duración de conflictos por el desarrollo de actividades extractivas en el Perú, considerando la escasa información al respecto, que sólo proviene de los “Reportes de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo”, los autores no tomaron en cuenta el problema de sesgo de selección en la determinación de la muestra de conflictos sociales. De acuerdo con Boehmke et al. (2006), este problema se da cuando se realiza una selección no aleatoria de la muestra de conflictos, la cual ocurre cuando los factores no observables que afectan a la duración de un conflicto social también determinan si el evento es observado en absoluto. Al no corregir por el sesgo de selección se corre el riesgo de obtener estimaciones de parámetros que pueden estar sesgadas en una dirección desconocida, con lo cual se podrían alcanzar conclusiones erradas.

¿Qué es el sesgo de selección?

La problemática del sesgo de selección ha sido discutida ampliamente en la literatura econométrica a partir de los trabajos de autores como Heckman [ (1976), (1979)]. Esta consiste en que una selección no aleatoria de las observaciones utilizadas en el modelo econométrico afectaría la estimación del efecto y magnitud de los coeficientes, debido a que una selección no aleatoria no elimina algunas preferencias de la selección de la muestra. Por ejemplo, tomar en consideración a los conflictos sociales que fueron reportados por terceras partes (como medios de comunicación) a la Defensoría del Pueblo, generaría un sesgo positivo de los parámetros, a razón de que los conflictos sociales de mayor importancia son los que tienen una mayor cobertura mediática.

En nuestro caso, el sesgo de selección surge debido a que los conflictos sociales pertenecientes a la muestra no han sido seleccionados de forma aleatoria, sino que han sido registrados por la Defensoría del Pueblo debido a denuncias realizadas por terceras partes o por denuncias a través de medios de comunicación. Por ello, la muestra seleccionada recoge solo aquellos conflictos que fueron efectivamente revelados a esta institución por su canal de denuncias. En ese sentido, la muestra no responde a un criterio de selección aleatoria, dado que hay autoselección por parte de las personas que utilizan los canales de denuncia.

Por esta razón es que se necesita utilizar un marco metodológico y econométrico que permita analizar los determinantes de la duración de los conflictos sociales, el cual a su vez controle por la presencia del sesgo de selección. En ese sentido, como se explicará en la Sección 3, el trabajo de Vásquez y Nario (2022) utiliza la metodología econométrica propuesta por Boehmke et al. (2006). Este enfoque busca corregir el problema del sesgo de selección que afecta la determinación de la muestra de conflictos hídricos de la Defensoría del Pueblo, y que es empleada por los autores para analizar los determinantes de la duración de estos eventos.

Respecto a los determinantes de la duración de los conflictos sociales, son pocos los estudios que evalúan, desde una perspectiva cuantitativa a escala nacional, sus determinantes. De acuerdo con Muñoz-Nájar y Zhang (2011), los determinantes clave de la duración de los conflictos mineros son el grado de divergencia de los intereses de los actores, el cual es aproximado por las causas subyacentes que generaron el conflicto, así como también las distintas estrategias de gestión de los conflictos. De otro lado, Pérez y Barrantes (2019) proponen que la percepción de la contaminación o la preexistencia de pasivos ambientales; la presencia de mecanismo de diálogo entre las partes; la participación de organizaciones sociales (autoridades locales, comunidades campesinas o nativas, rondas campesinas, comité de regantes, organizaciones de la sociedad civil o pobladores no organizados); la existencia de actos violentos; la existencia de minería informal o ilegal; y el involucramiento de actores más allá del distrito son determinantes de la duración de los conflictos mineros. Sin embargo, la escasa literatura sobre los determinantes de la duración de los conflictos sociales está enfocada en el sector minero, dejando de lado a los conflictos relacionados a las fuentes hídricas.

En conclusión, la revisión de la literatura realizada en esta sección muestra que la duración y el inicio de un conflicto social dependen de un conjunto diferente de variables. Mientras que el inicio del conflicto está mayormente explicado por los niveles de pobreza y desigualdad, la duración está explicada por características propias y específicas de los conflictos. A continuación, en la siguiente sección se presenta la metodología y los datos empleados para responder la pregunta de este artículo: ¿por qué duran tanto los conflictos sociales relacionados a los recursos hídricos en el Perú? 

3. Base de Datos y Metodología

Vásquez y Nario (2022) analizan las variables que impactan en la duración de los conflictos sociales sobre el uso del agua en el Perú utilizando un modelo de duración que corrige el problema del sesgo de selección descrito previamente. Las principales fuentes de información utilizadas por los autores son la base de datos de la Defensoría del Pueblo y el INEI, de las que se pudo obtener una muestra de 410 conflictos sociales (102 conflictos sociales sobre el uso del agua, y 308 conflictos de otro tipo) para el periodo comprendido entre los meses de enero de 2012 y diciembre de 2015.

La base de datos registrada por la Defensoría del Pueblo sobre conflictos sociales, a partir de la cual se obtiene la muestra utilizada por Vásquez y Nario (2022), se elaboró en base a las denuncias realizadas por terceras partes o por denuncias a través de medios de comunicación. Por esta razón, la muestra seleccionada recoge solo aquellos conflictos que fueron efectivamente revelados a esta institución por su canal de denuncias. En ese sentido, la muestra no responde a un criterio de selección aleatoria, dado que hay autoselección por parte de las personas que utilizan los canales de denuncia. Por ello, se necesita utilizar un marco econométrico que permita analizar los determinantes de la duración de los conflictos sociales que controle por la presencia del sesgo de selección. Vásquez y Nario (2002) proponen emplear la metodología econométrica propuesta por Boehmke et al. (2006), la cual corrige el  problema del sesgo de selección que afecta la determinación de la muestra de conflictos hídricos que utilizan los autores para analizar los determinantes de la duración de estos eventos.

En relación con los conflictos sociales sobre los recursos hídricos, en el Perú el número de conflictos en estado latente y en observación aumentó en el periodo comprendido entre los años 2012 y 2015, a diferencia de los otros estados, que no han variado significativamente (ver la Ilustración 1).

Ilustración 1: Número total de conflictos sobre recursos hídricos, según estado en el Perú entre enero 2012 y diciembre 2015

* NHD: No hay diálogo, HD: Hay diálogo y DS: Diálogo suspendido

Fuente: Reportes mensuales de conflictos sociales de la Defensoría del Pueblo del Perú.

Elaboración: Dirección de Investigación, EPG GĚRENS.

En efecto, el número de conflictos en estado latente pasó de 4 en enero de 2012 a 17 en diciembre de 2015. En ese mismo periodo, el número de conflictos en observación pasó de 2 a 24. Esto refleja que los conflictos no han estado siendo gestionados adecuadamente, pues se dilataron a lo largo del tiempo y el Estado Peruano no los solucionó, siendo que en todo el periodo de análisis sólo se resolvieron 17 conflictos.

Este problema del sesgo de selección que afecta la muestra de conflictos sociales no ha sido tratado por otras investigaciones sobre la materia en el Perú. Por ello, se incluye en el modelo una variable nueva que no ha sido incorporada en los trabajos empíricos de la literatura, la cual representa la proporción del tiempo que un conflicto permanece en estado “latente” que, como se ha mostrado en la Ilustración 1, es un estado que ha venido en aumento en el periodo de investigación. En tal sentido, evaluaremos la hipótesis de que la duración de los conflictos sociales vinculados a los recursos hídricos en el Perú depende del tiempo en estado “latente”.

 

3.1 Modelos de duración

Los modelos econométricos de duración son modelos que analizan el periodo de tiempo dedicado a un determinado estado antes de pasar a otro estado. En el caso de esta investigación, la variable de interés es la duración de los conflictos sociales relacionados a los recursos hídricos antes de ser resueltos. Estos modelos descansan en la estimación de (i) la función de supervivencia que indica la probabilidad de que la duración del conflicto social sea mayor a un periodo t y (ii) la función de riesgo que indica la probabilidad instantánea de salida de un estado condicionado a que el estado inicial haya sobrevivido hasta el tiempo t², es decir, que el conflicto social pase de un estado latente a uno resuelto dado que duró hasta el periodo .

Existen dos enfoques para analizar la duración de los conflictos sociales. Los modelos no paramétricos son muy útiles para estimar funciones de supervivencia. Estos tienen un propósito descriptivo, ya que nos permiten conocer la forma de las funciones de riesgo y supervivencia antes de introducir variables explicativas. Mientras que, una estimación paramétrica permite conocer el efecto de un conjunto de covariables, controlando el sesgo de selección de la muestra. Vásquez y Nario (2022) toman en consideración la investigación realizada por Boehmke et al. (2006), autores que estudiaron la existencia del sesgo de selección en modelos continuos de duración y desarrollaron un modelo de máxima verosimilitud con información completa que estima simultáneamente los procesos de duración y selección para resolver el problema (la Ilustración 2 muestra los pasos para la corrección del sesgo de selección mediante el modelo de Boehmke et al. (2006)).

Ilustración 2: Modelo de Boehmke et al.

Fuentes: Vásquez y Nario (2022). Elaboración: Dirección de Investigación, EPG GĚRENS.

La Ilustración 3 muestra el conjunto de covariables a utilizar en la primera y segunda etapa para la estimación del modelo de Boehmke et al. (2006). La primera etapa estima un modelo de selección para determinar la probabilidad de que el conflicto sea reportado a la Defensoría del Pueblo, de manera que, en una segunda etapa, esta información es incorporada como mecanismo de corrección para el cálculo del efecto de las covariables sobre la duración de los conflictos sociales cuando existe sesgo de selección. Ello permite evitar la estimación de parámetros sesgados (tanto en magnitud como en signo) para las variables explicativas de la duración. En la siguiente sección se detallan los principales resultados de la estimación del modelo de duración estimado por Vásquez y Nario.

Ilustración 3: Secuencia para la estimación paramétrica del modelo

Fuentes: Vásquez y Nario (2022). Elaboración: Dirección de Investigación, EPG GĚRENS.

4. Resultados

En esta sección se presenta un resumen de los resultados del análisis de los determinantes de la duración de los conflictos sociales sobre los recursos hídricos en el Perú. Primero, se analizan los resultados de la estimación de los modelos no paramétricos y luego se evalúan los resultados de las estimaciones del modelo paramétrico descrito en la sección anterior.

4.1 Estimación no paramétrica

Antes de realizar las estimaciones del modelo paramétrico de duración propuesto en esta investigación, se analiza a nivel descriptivo la función de supervivencia y los ratios de riesgo. Para ello, se utiliza el estimador no paramétrico de Kaplan – Meier. En el eje vertical de la Ilustración 3(a) se muestra la proporción de conflictos que aún no han sido resueltos, mientras que en el eje horizontal se muestran los meses que duraron los conflictos hasta su resolución. Como se observa en esta figura, la función de supervivencia decrece monotónicamente hasta aproximadamente 0.80, indicando que aproximadamente el 20% de conflictos lograron resolverse en el período de análisis, mientras que los demás están censurados (es decir, no lograron resolverse o están en estado de latencia³ luego de 60 meses). Este resultado muestra que la duración de los conflictos sociales de tipo hídrico son un fenómeno persistente, cuya resolución es lenta y tarda varios años.

Ilustración 4: Resultados de la estimación no paramétrica

Ilustración 4: Resultados de la estimación no paramétrica

Por otro lado, en la Ilustración 3(b) se muestra la información de la duración de los conflictos sociales hídricos medido en meses en el eje horizontal, mientras que los ratios de riesgo están medidos en el eje vertical. Al respecto, hasta el mes 18 no se observa una relación clara entre el ratio de riesgo y la duración de los conflictos sociales por recursos hídricos; no obstante, a partir del mes 18 parece existir una leve relación de dependencia positiva. Esto significa que a medida que aumenta el tiempo de permanencia en el estado inicial (i.e., un conflicto en estado “latente”), el riesgo de salida del estado inicial (es decir, el riesgo de resolverse el conflicto) aumentará levemente. Por lo tanto, a pesar de que un conflicto social hídrico dure mucho en el Perú, este tiene alguna probabilidad de resolverse.

De ambas estimaciones se puede deducir que el ratio de riesgo aumentará poco a medida que un conflicto social se queda en estado de latencia por un periodo de tiempo mayor. Si el conflicto pasa del mes 60, el ratio de riesgo se trunca y el conflicto tendrá una escasa probabilidad de ser resuelto. Estos resultados se corroborarán en la siguiente sección cuando se analicen los resultados de la estimación del modelo paramétrico propuesto.

4.2 Estimación paramétrica

El modelo paramétrico de duración corrige el sesgo de selección mediante la estimación de un modelo exponencial de elección discreta que considera dos variables de selección: (i) la participación de una comunidad nativa o campesina en el conflicto social, y (ii) el Índice de Densidad del Estado (IDE). Como segundo paso, los parámetros de las variables que explican la duración de los conflictos sociales hídricos se estiman mediante el modelo de duración de Weibull⁴.

Los resultados de la ecuación de duración muestran que las variables que determinan la duración de los conflictos sociales hídricos son las siguientes: la intervención del regulador ambiental, el porcentaje de la población que cuenta con agua potable, el porcentaje del tiempo en el que un conflicto estuvo en estado de latencia, el porcentaje de la población que habla alguna lengua nativa, el número de participantes en la situación de conflicto, y la ocurrencia de alguna reunión no concertada. La lógica del efecto que tiene cada una de las variables sobre la duración de los conflictos sociales se detalla en la Ilustración 4

Ilustración 5: Efecto de las covariables en la duración de conflictos sociales

Elaboración: Dirección de Investigación, EPG GĚRENS.

En general los resultados muestran que (i) la tenencia de una institución que vele por el cuidado ambiental reduce la duración de los conflictos, (ii) el conflicto durará más mientras mayores usos tenga el agua dentro de una comunidad, (iii) mientras la latencia de un conflicto sea mayor, existirá una prolongada duración del conflicto, (iv) que una comunidad tenga una lengua nativa prolonga la conflictividad social debido a la cosmovisión de los pobladores con su entorno, (v) un mayor número de participantes tiende a desequilibrar la relación de poder entre los interesados, generando que el conflicto social se prolongue y (vi) la existencia de reuniones no concertadas genera una sensación hacia los pobladores de una indisposición al diálogo, ampliando la duración del conflicto. En la siguiente sección se presentarán algunas conclusiones y recomendaciones a partir de los resultados encontrados en esta sección.

5. Conclusiones

El objetivo de la investigación realizada por Vásquez y Nario (2022) es identificar los determinantes de la duración de los conflictos sociales relacionados a los recursos hídricos en el Perú y evaluar si estos determinantes se encuentren principalmente vinculados a las características propias de cada conflicto. Los autores evalúan también la hipótesis sobre si el estado de latencia en los que pueden encontrarse ciertos conflictos contribuye a que estos duren más en el tiempo. Para ello, se analizó una base de datos de 410 conflictos sociales en el periodo comprendido entre enero de 2012 y diciembre de 2015, sobre la base de la información de los Reportes Mensuales de la Defensoría del Pueblo. Se utilizó el modelo econométrico de duración de Weibull con corrección por sesgo de selección en dos etapas propuesto por Boehmke, Morey, & Shannon (2006) para evaluar, en una primera etapa, los determinantes de la probabilidad de ocurrencia de conflictos sociales hídricos (i.e., el mecanismo de selección de los conflictos observados que permite corregir el problema del sesgo en el modelo) y, en una segunda etapa, analizar los factores que explican la duración de los conflictos sociales hídricos.

La metodología econométrica evalúa el efecto de variables específicas sobre la duración de los conflictos sociales. Al respecto, se autores encuentran que las variables que influyen en la duración de los conflictos son: (i) la proporción de la población del distrito que habla una lengua nativa, (ii) el número de participantes involucrados en el conflicto, (iii) el porcentaje del tiempo que el conflicto permanece en estado latente, (iv) el porcentaje de la población que cuenta con agua potable, (v) una variable dicotómica (dummy) sobre la ocurrencia de reuniones no concertadas, y (vi) la intervención del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) como regulador ambiental.

En base a los resultados estadísticos obtenidos y considerando lo que proponen Acemoglu & Robinson (2012), los autores concluyen que es necesario fortalecer la presencia del Estado con instituciones inclusivas en los territorios donde existe un nivel alto de conflictividad social asociada al uso de los recursos hídricos, con el objetivo de hacer menos probable la aparición de este tipo de conflictos. Esto requiere reformar en el Perú la articulación intersectorial del gobierno central y los gobiernos subnacionales, a fin de que las políticas públicas que estas instituciones despliegan sobre el territorio para la gestión de los recursos hídricos sean efectivas en garantizar un adecuado acceso y uso de estos recursos a todas las partes interesadas. Asimismo, es necesario evaluar si las regulaciones, las estrategias y las políticas que despliegan estas instituciones para gestionar los recursos hídricos sobre un territorio son compatibles con el uso sostenible de estos recursos por parte de los diferentes agentes que demandan su utilización, destacando entre ellos las comunidades nativas y campesinas.

Es recomendable también ampliar la presencia del Estado, a través de la provisión descentralizada de servicios públicos básicos como agua potable, saneamiento, salud y educación, a fin de reducir las brechas sociales en los territorios donde existen conflictos sociales por recursos hídricos. Además, otra medida para reducir la probabilidad de ocurrencia de conflictos sociales hídricos es priorizar las intervenciones públicas en los territorios donde ocurre la extracción de recursos naturales como minerales y petróleo, dado que usualmente estos conflictos se generan por las actividades de las empresas mineras y de hidrocarburos. Ello permitirá reducir la ocurrencia de este tipo de conflictos sociales y mitigar los altos costos económicos que éstos implican.

Los resultados muestran también que cuanto mayor sea el tiempo en que el conflicto permanece en estado latente, mayor será la duración de éste. Ello refleja la necesidad por parte del Estado de intervenir rápido en la resolución de los conflictos, pues la latencia resulta perniciosa para el desarrollo de los proyectos de inversión y la utilización eficiente de los recursos hídricos. Por tanto, se debe desarrollar una estrategia de gestión que permita reducir el tiempo de duración de los conflictos que ya se encuentran en estado latente. Para ello, se requieren implementar mecanismos de diálogo que sean realmente efectivos. Hasta la fecha una práctica común es implementar mesas de diálogo. No obstante, éstas han demostrado ser poco efectivas. Al respecto, este mecanismo solo será eficaz en la medida que exista voluntad de las partes para solucionar el conflicto y no solo para reducir su visibilidad e intensidad, dilatando el conflicto.

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¹Este artículo es un resumen del Documento de Trabajo N° 002-2022-DI, “Los Determinantes de la Duración de los Conflictos Sociales relacionados a los Recursos Hídricos en el Perú” elaborado por el Prof. Arturo Vásquez y la Mg. Tatiana Nario, con la asistencia del equipo de la Dirección de Investigación. El documento se encuentra disponible en: repositorio

²Para un mayor detalle de la metodología, se recomienda revisar la Sección 3 de Vásquez y Nario (2022), el cual se encuentra disponible en el siguiente enlace: repositorio: repositorio

³De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, los conflictos latentes son conflictos sociales no expresados públicamente. Es decir, permanecen ocultos, silenciosos o inactivos. En ellos se puede observar la concurrencia de factores que tienen un curso de colisión, pero que no se manifiestan o, habiéndose manifestado, han dejado de hacerlo durante un tiempo considerable. Más información sobre esta definición se encuentra en la Resolución Administrativa No 006-2015/DP-PAD, “Protocolo de Actuación Defensorial en Conflictos Sociales” y “Lineamientos de Actuación Defensorial en casos de Conflicto Social”, disponible en: Defensoria

⁴Se utilizó también en versiones previas del modelo variables de control socioeconómicas como el gasto per cápita, el nivel de educación, el nivel de pobreza y el tamaño de la población, usando datos del Censo Nacional de Población y Vivienda del 2007, las Encuestas Nacionales de Hogares (ENAHO) y los Mapas de Pobreza del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). También se utilizó la información de la existencia de pasivos mineros y de hidrocarburos a nivel distrital que recopila el Ministerio de Energía y Minas. Sin embargo, estas variables no resultaron estadísticamente significativas en las regresiones de Vásquez y Nario (2022)

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Autor: Dr. Arturo Vásquez Cordano, Director de Investigación de la Escuela de Postgrado GĚRENS.

Este artículo ha sido preparado con la asistencia de Paolo Jara, asistente de investigación de la Dirección de Investigación de la Escuela de Postgrado GĚRENS.

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