En mi experiencia profesional, he podido observar que existen muchas definiciones para explicar el significado de Plan de Cierre (de Minas), desde aquellas dictadas en las normas hasta cualquier descripción definida en la política o en los procedimientos de una empresa. Generalmente, se aborda el “qué” y se roza el “para qué”, lo cual me anima a profundizar más en el “para qué”, con la intención de plantear la idea del verdadero valor de un Plan de Cierre (de Minas).
Evidentemente existe un valor monetario asociado al plan de cierre, que por un tema de cumplimiento (complaince), debe ser programado y ejecutado a través de los presupuestos de cierre y garantías. En un planteamiento retador, más allá del cumplimiento, estas líneas se concentran en explorar lo que deja un cierre en términos de valor agregado, oportunidad, legado, para varios grupos de interés: la propia empresa minera, los profesionales, las comunidades, la investigación aplicada, y el país como un todo.
Para las empresas
El proceso de cierre de una mina es una herramienta poderosa para impulsar la credibilidad, confianza e imagen de una empresa, así como también para arruinarla. Mucha de la mala reputación de la minería en el país se gestó en el pasado por prácticas que dejaban pasivos en su entorno luego de la explotación minera, quedando fuertemente arraigado en el inconsciente colectivo de las personas, mensajes como: “no quedó nada después de la mina” o que “todo quedó impactado (negativamente) después de la operación minera”.
Plantear y ejecutar un plan de cierre responsable y exitoso es una excelente carta de presentación para cualquier empresa, ya sea para continuar explorando u operando en la zona, así como expandirse en cualquier otra parte del mundo; situación contraria sucedería en el caso que la empresa no manifieste interés legítimo en el cierre de sus minas, ciertamente en ese caso las puertas para expandirse como negocio simplemente no se abrirían, y no solo eso, sino que también las empresas perderían valor sustancial en el mercado.
Para los profesionales
Los profesionales que tienen la oportunidad de participar de un cierre de mina o de actuar en los equipos de cierre, recogen una experiencia interesante en la materia: la interdisciplinariedad de los equipos generan en el profesional, una nueva mirada holística, integradora y responsable de esa actividad, convirtiéndolo en un profesional distinto y a la vez con mayor atractivo en el mercado laboral.
Los profesionales de hoy, más allá de la etapa o fase en la que se encuentre la operación minera en la que laboran, deben estar preparados y con el “chip” instalado sobre la importancia del cierre de minas, para que en cualquier circunstancia se den por defecto interrogantes mínimas, por ejemplo “¿Esta acción, cómo afectará el cierre?” o “¿Si lo hacemos de esta manera, cuánto nos costará remediarlo en el futuro?”. Reto más que interesante con miras al desarrollo de una mejor cultura empresarial ambiental y socialmente responsable.
Para la Investigación y tecnología
El Perú siendo un país netamente minero y a la vez tendiente hacia la innovación y creatividad, debe darse la oportunidad de marcar la diferencia propiciando medios para promover la investigación e innovación tecnológica para el cierre de minas. Una posibilidad, sin duda única, para el desarrollo de conocimiento técnico, capacidades y sobre todo experiencias reales para proponer nuevas metodologías y estrategias de cierre de minas.
Uno de los objetivos de cierre es la rehabilitación del terreno, recuperación del suelo y revegetación de las áreas utilizadas por las operaciones, en ese contexto la investigación en técnicas de propagación de plantas nativas alto andinas o selváticas contribuirían significativamente en el conocimiento de la diversidad del país y su puesta en valor, una oportunidad para generar bancos de germoplasma, rescatar prácticas ancestrales y actuales y reivindicar la multiculturalidad del país a servicio de la humanidad.
La implementación de centros experimentales o de investigación en cierre de minas, durante las operaciones mineras, hacen notar un interés real por el cierre, además que es un motivador de confianza importante. Existen casos de centros experimentales como parada obligatoria de visitantes y grupos de interés en genera. Además sirve a la empresa para impulsar procesos de participación ciudadana en el marco de las aprobaciones de estudios de impacto ambiental (nuevos o modificaciones), así como en otros espacios de relacionamiento como mesas de negociación y dialogo, entre otras.
Para la comunidad
Durante la etapa de operación, diversos esfuerzos de la empresa atienden las expectativas de la comunidad. El plan de relaciones comunitarias o plan de responsabilidad social o plan de inversiones sociales serían como los grandes subtítulos del plan de cierre social de minas. En ese sentido, sería recomendable invertir anticipadamente y de manera inteligente para que al término de las operaciones se perciba con orgullo lo que se hizo en la comunidad, mejor aún si el Estado participó en ese andar.
La pregunta retadora sería ¿cómo abordar el plan de cierre social? Pensar en abordar la parte social del cierre luego que terminan las operaciones es una posibilidad, sin embargo podría ser un arma de doble filo, primero porque puede ser tarde realizarlo y segundo porque el respaldo económico está más comprometido. Aun cuando existan garantías no es igual como en la etapa en que la empresa está operando, tiene “caja” y cuenta con una buena espalda financiera. Lo saludable sería que terminada la operación minera, la empresa se dedique solo a monitorear los indicadores de éxito social, en el entendido que todo lo relacionado a ese aspecto se ejecutó y viene desarrollándose de manera auto sostenida.
Los beneficios a la comunidad podrán ser de mayor o menor envergadura, de alto o bajo impacto, podemos llamarle de muchas maneras. Lo cierto es que sostener un plan de cierre social durante las operaciones que sea concertado, integrado e inteligente es lo más coherente para sostener una relación perdurable con la comunidad. Tenemos que mirar sin mezquindad el verdadero valor “estar en armonía”, sin extremismos, por un lado entender que el negocio minero es un negocio y por el otro, no pretender que las empresas mineras sean beneficencias ni mucho menos el estado.
Las personas y profesionales serán otras a lo largo del tiempo, las emociones y sensaciones perdurarán y se transmitirán en la comunidad para beneficio o no, de la minería en la localidad, en la región y en el país.
Para el país,
El Perú debería verse como un caso de éxito en temas de cierre de minas. Nuestra geología, clima, diversidad y geografía hace que cualquier caso de éxito sea único y eventualmente replicable en otros países. Desde que se reglamentó el cierre de minas, se han presentado retos que exigen y motivan una nueva mirada del cierre de minas, para revalorar su verdadera importancia y poner al Perú a la vanguardia de casos de éxito, investigación, innovación y tecnología, así contribuir en su sostenibilidad como sector económico. Es decir, contar con normas claras, bien reglamentadas, justas y predecibles, contribuirán a atraer a inversionistas nacionales y extranjeros que apuestan por esta actividad económica importante.
Reflexiones finales,
La reflexión final se manifiesta en las oportunidades que un plan de cierre brinda de carácter tangible e intangible, sin duda marca un hito importante en la vida de las operaciones mineras, en la vida de las personas que circundan los proyectos y en la vida del país como nación.
Un estudio de percepciones indicaba: “porqué confiar en el cierre de minas, si nunca confiamos en la operación”, un paradigma seguramente difícil de romper y que solo se logrará teniendo a comunidades satisfechas que palpen progreso, que sientan un verdadero cambio en sus vidas y que vean a sus pueblos y comunidades con la capacidad de asumir nuevos retos para cuando la mina se retire. Dado que el reto va más allá del deseo, es fundamental una visión de sostenibilidad coherente con las necesidades de la comunidad y una planificación concertada sin importar gobiernos ni gobernantes de turno.
La oportunidad de generar verdadero valor de un plan de cierre se consolida, cuando pienso en éste, como la oportunidad de dejar un legado, un legado construido por profesionales que hoy por hoy, tenemos el tácito encargo de cambiarle la cara a la minería y darle la relevancia que se merece.
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