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Capacitación corporativa: Tres maneras de alentar un trabajo en equipo más inteligente

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En la actualidad, los problemas empresariales son demasiado complejos como para que una sola persona los resuelva. En este contexto, los equipos de trabajo ágiles han resultado ser mucho más efectivos en la solución de problemas que los genios solitarios. Entonces, ¿por qué aún se suele premiar/beneficiar a las personas más inteligentes y no a los que sobresalen trabajando en equipo? Se trata de aquellas personas que con atrevimiento e impertinencia logran quedarse a cargo de las reuniones mostrando cuánto saben y cuán ingeniosas pueden ser a costa de cualquier otra voz en la sala. Y con frecuencia terminan por conseguir la atención del jefe.

Tal vez, en las jerarquías empresariales convencionales solía tener sentido deferir a «la persona más inteligente en la sala» porque son ellas las que se convertían en líderes a cargo de enviar órdenes. Sin embargo, en el mundo globalizado de hoy, donde el mejor trabajo es realizado por equipos y/o comunidades, se debe repensar qué habilidades se han vuelto más valiosas.

No se está afirmando que la inteligencia no sea una habilidad crucial en un trabajador. Sino, alertando sobre el malestar generado al sobrevalorar las habilidades de una persona en detrimento del equipo. No es el coeficiente intelectual de una persona que separa a los mejores trabajadores del resto; sino la habilidad de trabajar bien en equipo lo que se debería celebrar. Esto probable que pongamos en desventaja la empresa.

Red Hat descubrió que existe un conjunto de habilidades claves que es importante desarrollar, a fin de mejorar la forma en la que se lleva a cabo el quehacer de la organización. Como resultado, se propiciará la creación de equipos de trabajo más inteligentes que serán una ventaja competitiva en la empresa.

1. Escucha activa

¿Con qué frecuencia se encuentra en una conversación de trabajo en la que tiene que repetir la información a la misma persona una y otra vez? Esto no sucede en los equipos de trabajo que están compuestos por grandes oyentes.

Hay una lección que se puede aprender del ex gerente general de Delta Air Lines, Jerry Grinstein. En una reunión con un grupo de consultores financieros, Grinstein, como siempre, tomaba nota sin cesar. Nadie le prestó mucha atención a esto, ya que él toma notas con frecuencia. Sin embargo, luego de la reunión, uno de los consultores senior describió que era muy raro que un ejecutivo de alto mando «admitiera que no lo sabe todo» y por ello toma notas con atención. Esta fue una impresión transparente para el consultor.

Por eso, es recomendable que a cada reunión que asista, lleve consigo una agenda y tome notas para enviar el mismo mensaje a quien está hablando. Además, cuando se toma notas se puede seguir con más facilidad a la persona haciéndole saber lo que ha escuchado y luego realizar las preguntas que tenga. Cuando los miembros del equipo empiezan a escuchar de forma activa, todos se vuelven más inteligentes.

2. Dar y recibir retroalimentación honesta

El trabajo en equipo requiere comunicación; mucha comunicación. Esta debe ser frecuente y constante. Por ejemplo, cuando se requiere compartir retroalimentación sobre el desempeño de alguien. En esta situación se necesita un flujo continuo de información entre los miembros del equipo. Un aspecto importante es que la comunicación debe desarrollarse de manera positivo, alentando a los trabajadores a decir «buen trabajo» y «gracias» entre ellos en lugar de criticar.

Al mismo tiempo, las personas necesitan estar dispuestas a enfrentar las duras verdades sobre su desempeño sin ponerse a la defensiva. Los miembros del equipo necesitan aceptar el concepto de que no son perfectos. Esto significa que deben estar dispuestos a aceptar una crítica de su trabajo sin pensar que alguien está criticando su personalidad. La idea es que usted pueda desarrollar una sensación de responsabilidad entre los miembros del equipo, donde las personas se cuidan la espalda entre si.

3. Valorar las contribuciones en equipo

Todos quieren ser considerados tanto inteligentes como capaces, en especial en el lugar de trabajo. Sin embargo, hacer contribuciones al equipo o a la comunidad es lo que le hace ganar influencia y confianza —no la habilidad de demostrar su inteligencia. Los buenos miembros del equipo están dispuestos a admitir que no tienen todas las respuestas. En su lugar, buscan discutir los problemas a detalle y pensar en el camino con el fin de alcanzar la mejor solución con la ayuda del equipo, en vez de cargar con el peso de encontrar todas las respuestas ellos mismos. En lugar de buscar premios y logros personales por sobre todo lo demás, los grandes miembros del equipo valoran las contribuciones a los logros del grupo. Al hacer esto, se abrirán oportunidades.

Con frecuencia, las personas que participan bien en equipo se les pide que participen en proyectos de equipos multifuncionales, permitiéndoles disfrutar de amplias oportunidades y experiencias en toda la empresa.

Cuando puede reclutar, capacitar y retener a los miembros del equipo que muestran habilidades como estas, obtendrá mejores decisiones, mejor compromiso, mejor ejecución y, finalmente, mejores resultados. ¿Qué tan inteligente es esto?

Autor original del artículo: Jim Whitehurst

Artículo traducido y adaptado de Harvard Business Review

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